El líder es un caos
La plantilla del Rayo Vallecano se plantea dejar de jugar mientras sigue sin aparecer un comprador que se responsabilice de los 30 millones de deuda del club
Los jugadores del Rayo Vallecano se han pasado los dos últimos días más tiempo discutiendo en el vestuario que preparando el partido del sábado en Valladolid. El entrenamiento de ayer comenzó con una hora de retraso. El del martes, con dos sobre la hora fijada, con los futbolistas más pendientes de la llegada de un posible comprador que del encuentro en Pucela. "Por fin veíamos la luz al final del túnel, pero todas las esperanzas que teníamos en que viniera alguien y adelantara alguna cantidad para seguir tirando se han quedado en nada. La familia Ruiz-Mateos tampoco nos da una explicación desde que nos reunimos en febrero... Estamos solos", afirmó Míchel, que como Coke y Cobeño, los otros capitanes, votó en contra de encerrarse en el vestuario y de no jugar el próximo encuentro.
El liderato de Segunda ha dejado de ser un consuelo para una plantilla en la que 13 de los 22 futbolistas no cobran desde febrero de 2010. Los más afortunados, los refuerzos que llegaron el pasado verano atraídos por la fama de buen pagador del equipo, vieron la última nómina en noviembre. "Un sueldo medio en la categoría no debería pasar de 200.000 euros, porque los ingresos te vienen de televisión, publicidad, abonos y con suerte de alguna subvención. En el Rayo hay gente que te cobra hasta 400.000 euros", explican desde otros clubes de Segunda. "El Rayo vale cero euros, pero quien venga deberá hacerse cargo de un pasivo que supera los 30 millones de euros", remacha un empleado, que reconoce que los administrativos del club están saliendo mucho mejor parados (a algunos les deben solo un mes) que los jugadores y técnicos.
Los afectados recobraron la ilusión el martes, cuando parecía que Carlos González, vicepresidente de la candidatura de Juan Onieva al Real Madrid en 2009, adelantaría una cantidad. Sergio González Sobrino, empresario y presidente del Humanes, de Regional, que José María Sandoval, el técnico del Rayo, dirigió varios años, también sonaba como comprador.
El dinero no llegó, por más que los Ruiz-Mateos accedían a entregar el poder notarial necesario para negociar las deudas contraídas con la Seguridad Social y con el Ministerio de Hacienda en concepto de IRPF y también para solicitar una auditoría. Para chasco de los futbolistas y de los empleados, que cada par de horas reciben emails que se contradicen, los compradores reclamaban dos meses para estudiar las cuentas de la entidad. Las deudas son tan serias que el contrato de televisión del Rayo, de casi dos millones por temporada, lleva embargado los dos últimos cursos.
"Así no podemos subir a Primera, lo que más queremos es ascender, pero primero están las necesidades de nuestras familias, y no se están cumpliendo", se mostró rotundo Míchel. "No podemos esperar dos meses, nos quedan dos alternativas: o encerrarnos o no jugar en Valladolid", alegó Movilla, que propuso para aliviar la situación del vestuario recibir la recaudación de las taquillas contra Granada y Betis.
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