Merkel descarta cambios tras la derrota electoral
La canciller califica de "muy dolorosa" la pérdida de Baden-Württemberg
La canciller federal, Angela Merkel, descartó ayer en Berlín una remodelación del Gobierno tras la pérdida del estratégico land de Baden-Württemberg el pasado domingo. Además, Merkel defendió otra vez el cambio que impuso a su política nuclear hace dos semanas, cuando el desastre de Fukushima le llevó a cerrar "provisionalmente" siete centrales nucleares alemanas y suspender por tres meses el aplazamiento del apagón nuclear alemán.
En Stuttgart, la derrota del domingo llevó a Stefan Mappus, presidente regional de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y primer ministro saliente de Baden-Württemberg, a dimitir de su cargo en el partido. La canciller y líder democristiana calificó la derrota de "muy dolorosa". Una coalición de centro-derecha entre democristianos y liberales (FDP), análoga a la que ella preside en Berlín, resultó desbancada en las urnas del próspero Estado sureño. Por primera vez, un verde presidirá el Gobierno en un land alemán. Winfried Kretschmann, que obtuvo casi el 25% de los votos, pactará una coalición con los socialdemócratas del SPD para terminar con casi 60 años de dominio ininterrumpido de la CDU.
Los Verdes festejan, los democristianos se lamen las heridas y los liberales afilan los cuchillos para una probable degollina interna. Por su parte, el SPD asiste con desconcierto a cómo Los Verdes empiezan a dejarlo atrás.
Merkel está "dolida", pero aún peor parado salió el FDP. Estuvieron los liberales a punto de quedarse fuera del Landtag (parlamento regional) suabo y no consiguieron el 5% de los votos necesario para entrar en el de Renania-Palatinado. El ministro federal de Economía, Rainer Brüderle, dejó ayer la presidencia del FDP en esa región. Sus críticos lo acusan de haber perjudicado a su partido y a la CDU cuando afirmó en una reunión a puerta cerrada con la Confederación Alemana de Industria que el cambio en la política energética del Gobierno se debía a cálculos electorales. En la segunda cita electoral del domingo, los renanos reeligieron al socialdemócrata Kurt Beck, que perdió su mayoría absoluta pero seguirá gobernando junto a Los Verdes. En el segundo gran éxito del día, éstos cuadruplicaron sus resultados en el Parlamento de Maguncia. Para los liberales, el debate sobre los varapalos del domingo podría hacer rodar cabezas más importantes que la de Brüderle.
Cuando compareció ante los medios con cara de agotamiento, Merkel culpó al desastre de Fukushima del mal resultado de los partidos de la coalición. Pero, más allá del rechazo a la energía atómica y del desconcierto provocado por la incongruencia política de la coalición en Berlín, el domingo también quedó demostrado el cambio social que Alemania ha atravesado en 15 años. Baden-Württemberg, paraíso de las PYMES, corazón de la gran industria automovilística, ha elegido a un verde como primer ministro. Por mucho que Kretschmann cuente entre los más conservadores de un partido verde cada vez más conservador, este cambio se antoja una especie de movimiento tectónico.
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