Los Chillida intentaron reservarse un derecho de veto tras vender el museo
Las instituciones rechazaron la pretensión de los familiares del escultor
Entre perplejos e indignados por el modo en que la familia Chillida decidió hace una semana romper unilateralmente las negociaciones para reabrir el museo dedicado en Hernani al fallecido escultor, el Gobierno y la Diputación guipuzcoana dejaron claro ayer su profundo malestar con la "deslealtad" mostrada por los hijos del artista al echar por tierra "un marco negociador basado en el máximo respeto, la discreción y la confianza". La consejera de Cultura, Blanca Urgell, y su homóloga foral, María Jesús Aranburu, no encuentran otra explicación a esta situación que la voluntad de la familia de reservarse un derecho de veto sobre la programación artística tras vender el museo, e incluso la tutela sobre las decisiones del futuro equipo directivo.
Los herederos solo admitirán visitas de "estudiosos de la obra del artista"
Urgell y Aranburu comparecen juntas para culpar a la familia de "desleal"
Chillida-Leku seguirá cerrado indefinidamente por expreso deseo de sus actuales propietarios. Las instituciones no tienen voluntad de reanudar las conversaciones y retiran sine die las condiciones que plantearon en la última reunión negociadora, celebrada el pasado 28 de febrero, para comprar el museo por 80 millones de euros y crear una fundación que rigiese su futuro.
Urgell y Aranburu se mostraron contrariadas con las formas empleadas por la familia, así como con el fondo de sus argumentos. Los Chillida remitieron a ambas instituciones un correo electrónico comunicando la ruptura de las negociaciones media hora antes de que lo enviasen a las instituciones. El proceso negociador se había prolongado más de un año y en la última fase incluso se abrigaban esperanzas sobre la posible reapertura del centro, cerrado por los Chillida el pasado 1 de enero al no poder hacer frente a la crisis y el descenso de visitantes.
En la última reunión, el Gobierno y la Diputación entregaron a la familia una propuesta que incluía la apertura temporal del museo del 1 de julio al 16 de octubre próximos, crear una fundación que asumiese el centro tras su compra por las instituciones y la definitiva reapertura de Chillida Leku en marzo de 2012, según explicaron ayer Urgell y Aranburu en una rueda de prensa conjunta en San Sebastián.
"Las instituciones vascas hemos planteado todo tipo de ofertas y posibilidades en un proceso en que hemos ido siempre al unísono. Desde nuestra perspectiva, todo iba bien y no se puede entender esta última decisión. La familia Chillida Belzunce ha dejado claro que no tiene voluntad de negociación y acuerdo. Ellos sabrán por qué", añadieron. Aranburu se mostró convencida que la cifra de 80 millones ofrecidos "no ha sido el detonante de la ruptura".
Consejera y diputada leyeron una declaración suscrita por ambas instituciones en la que responden a los tres puntos que, según los hijos del artista, han imposibilitado el acuerdo. Sobre el carácter monográfico de Chillida-Leku, las instituciones indican que "nunca" han puesto en duda ese aspecto, aunque precisaron que "Chillida-Leku debe ser un museo de autor, actual y abierto al diálogo con otros artistas y expresiones o con elementos de la contemporaneidad". Respecto a la unidad de la colección, apuntan que fueron las instituciones precisamente las que pusieron esa condición para aumir la operación: "No solo existía la voluntad de mantener la unidad de la colección, sino incluso de ampliarla".
El derecho de veto ha sido, a tenor de las manifestaciones de Urgell y Aranburu, el gran punto de discordia. Al respecto, aclararon que al tratarse de "una adquisición y no de una donación" no se podía aceptar esa posibilidad, por lo que se propuso como solución "un sistema de arbitraje que permitiera dilucidar los posibles conflictos", algo finalmente rechazado por la familia.
Urgell insistió en que Gobierno y Diputación realizaron en todo el proceso de conversaciones "un ejercicio de generosidad" y pusieron "mucho mimo" para poder reabrir el museo.
Poco después, la familia Chillida envió una escueta nota a los medios en la que reafirma el cierre definitivo. "Miramos al futuro y no al pasado. Cuidaremos de Chillida-Leku, del legado de Eduardo Chillida y de un espacio único que podrá ser visitado por estudiosos de la obra del artista", destaca.
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