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"La gente no viene a la Universidad a ponerse de rodillas, sino de pie"

Dos centenares de estudiantes, profesores, políticos y actores reivindican la laicidad en la Complutense - Segunda querella contra los asaltantes a la capilla

Pilar Álvarez

Más de 200 personas asistieron ayer por la tarde a un "acto laico" convocado por distintos colectivos estudiantiles en la sala de la Biblioteca Histórica de Marqués de Valdecillas, de la Complutense. Durante hora y media, intervinieron políticos, actores, estudiantes, profesores y activistas con dos objetivos: pedir que salgan las capillas de las universidades públicas y respaldar a los cuatro detenidos por el asalto al oratorio del campus de Somosaguas.

El pasado 10 de marzo, más de 50 personas entraron en la capilla de la Complutense, corearon consignas contra el papel que la Iglesia da a las mujeres y contra la jerarquía católica. Algunas de las asistentes se desnudaron de cintura para arriba. Desde entonces, la polémica ha crecido. Ya hay dos denuncias contra los participantes. Ayer el Centro Jurídico Tomás Moro, colectivo antiabortista cuyo lema es "Cristianizando el derecho, cristianizando la sociedad", presentó una querella por la presunta comisión de delitos de profanación y ofensa de los sentimientos religiosos contra las asociaciones Contrapoder y RQTR de la Facultad de Políticas de la Complutense. Es la segunda tras la del sindicato Manos Limpias. Miembros de ambas asociaciones estudiantiles, y algunos de los detenidos, asistieron en pie en el escenario al acto que abarrotó uno de los salones de la Biblioteca Histórica.

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Entre los asistentes estaban el diputado del Congreso Gaspar Llamazares (IU), el teólogo José Tamayo o el cómico Leo Bassi. Uno tras otro fueron subiendo al escenario. Los organizadores habían invitado a varios cargos socialistas, que no se presentaron.

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"La gente no viene a la universidad a rezar y a ponerse de rodillas sino a pensar y a ponerse de pie", según el catedrático de Ciencia Política Ramón Cotarelo, uno de los intervinientes.

En estos días han proliferado las recogidas de firmas. Entre los que condenan el asalto a la capilla se encuentran los firmantes de la Declaración de Somosaguas, impulsada por profesores universitarios. En un escrito dirigido al rector Carlos Berzosa por la exdecana de la Facultad de Económicas de la Complutense, Teresa López, le reclaman una reunión e informan de que han sumado cerca de 3.000 firmas, con la adhesión de 1.100 catedráticos y profesores españoles, casi la mitad de la Complutense."La acogida que ha tenido la Declaración de Somosaguas, firmada por personas de sensibilidades políticas y creencias religiosas muy diversas, nos parece un excelente reflejo del amor a las libertades que siempre ha caracterizado a la universidad", sostiene Teresa López en la carta. El propósito de la declaración es "recordar la importancia que tiene el respeto a las libertades de todos y asegurar su libre ejercicio en el ámbito universitario".

El teólogo Juan José Tamayo consideró "objetivo prioritario" eliminar las capillas -las universidades públicas madrileñas albergan 21 templos, más del doble que las demás universidades españolas públicas juntas- y criticó que todos los Gobiernos democráticos "han sido rehenes de la Iglesia católica". El diputado Gaspar Llamazares consideró que la performance había conseguido "todos sus objetivos", al poner de relieve la presencia de oratorios universitarios, la "derecha ultramontana" o desvelar "lo que nuestras instituciones consideran un acto sujeto a reproche penal" en referencia a las detenciones de los estudiantes. "Nuestro compromiso es seguir trabajando en la aconfesionalidad del Estado", concluyó. También subió al estrado la diputada regional de IU, Inés Sabanés, que aprovechó para defender al rector Berzosa del "ataque brutal" de la Comunidad de Madrid.

Boti García, conocida activista LGTB (Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales), intervino para pedir que la movilización no dé "ni un paso atrás" y lanzó un mensaje a la Iglesia: "Quieren nuestros armarios para meternos en ellos". El cómico Leo Bassi dirigió sus palabras al arzobispo Rouco Varela y a la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre. A Varela le preguntó si no consideraba que para los actores "un teatro es un templo" y recordó que sufrió un intento de atentado en 2006 en su camerino cuando representaba la obra Revelación, un espectáculo laico que criticaba las religiones monoteístas. "¿Qué pensaríais si hubiera pasado en la Iglesia?", dijo. Y a la presidenta, que el miércoles aseguró que habría sido "mucho más grave" si se hubiera atacado a una mezquita, le lanzó otra pregunta: "¿Qué hubiera pasado si alumnos musulmanes hubieran pedido una mezquita en la universidad? ¿Qué hubiera pasado en el PP?".

El activista y escritor malagueño Enrique Hinojosa, más conocido como Shangay Lily, clamó: "basta ya de homofobia y misoginia en la Iglesia. Como maricón y feminista, digo que no vamos a seguir siendo víctimas", dijo alzando los brazos. Alira Araneta, artista transexual, denunció las acciones posteriores al asalto a la capilla. "Una vez más, nos la han intentado colar intentando invisibilizar que fue un acto de mujeres, de bolleras y de trans". Y se despidió enseñando el pecho: "Mis tetas también estuvieron en la capilla".

El actor Willy Toledo, que se autodefinió como "bufón y titiritero", ironizó: "Os habéis pasado siete pueblos, esto no se hace". Toledo deseó haberse desnudado en la capilla para "sentir el rencor de la extrema derecha de este país". Andrea, estudiante de Historia de la Complutense, tomó la palabra para denunciar la supuesta agresión que sufrieron varios alumnos tras la misa "de desagravio" celebrada el 18 de marzo. El decanato de su facultad ha abierto una investigación.

Todo el público se puso de pie para ovacionar a la última interviniente, Rita Maestre, estudiante de Políticas, portavoz de la asociación Contrapoder y una de las detenidas por el asalto a la capilla. "Detenidos, absolución", gritaban. "Nos detienen porque somos de izquierdas, radicales y masivos", señaló la estudiante que apeló "al principio de proporcionalidad en este proceso". Más aplausos y consigna final: "¡Fuera capillas de la Universidad!". Como comentó otro profesor de Políticas, Pablo Iglesias, a la salida "como en las parroquias" esperaba una alumna con "el cepillo": una caja azul convertida en una hucha.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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