Padre e hijo se disputan una alcaldía en Pontevedra
El progenitor cedió el Ayuntamiento a su vástago en 2007
El exalcalde del municipio pontevedrés de Crecente y padre del actual regidor, Julio César García-Luengo Montero, anunció esta semana que disputará la alcaldía a su vástago, candidato del PP. García-Luengo padre fue alcalde durante casi 30 años -primero con UCD y después con el PP-, hasta que en 2007 cedió el primer puesto en la lista a su hijo, Julio César García-Luengo Pérez, que era concejal desde 1995. El padre, que fue destituido el pasado agosto por el hijo, concurrirá a los comicios en las listas del CDS.
En Crecente, ubicado al sureste de la provincia de Pontevedra, en el límite con Ourense y la frontera portuguesa, el PP arrasaba elección tras elección. El cambio generacional no cambió la dinámica de voto de sus menos de 2.600 habitantes. Los populares volvieron a barrer y se alzaron con siete de 11 concejales, pero la sucesión no cuajó bien.
La tensión entre padre e hijo fue en aumento y explotó el otoño pasado, cuando el exregidor -que se había reservado el puesto de teniente de alcalde- amagó con concurrir a las elecciones del municipio vecino de Arbo. Entonces el vástago destituyó al padre, que de entrada pareció tomarse el asunto con buen humor. "No me ha dolido su decisión, y además un padre lo perdona todo", declaró entonces.
Cuatro meses después, García-Luengo padre ha anunciado su intención de disputarle la alcaldía al hijo en las filas del CDS, jirón de la formación con la que empezó su andadura política. El anuncio ha sido asumido con hermetismo desde la alcaldía. El padre, por su parte, responde al teléfono, pero entre risas irónicas rechaza comentar su decisión.
En el pueblo no terminan de creérselo. "Pienso que es más una pataleta que otra cosa" señala el socialista Javier Vidal, que cree que padre e hijo harán las paces antes de mayo. Al candidato del BNG, Benigno López, también le parece que el enfrentamiento "es un juego" entre ambos, y recuerda que el padre no se ha opuesto a la gestión municipal del hijo. "Todos quieren mandar", resume Vidal.
Los vecinos, mientras tanto, se encogen de hombros. "De política es mejor no saber, y aquí, menos", musita un vecino en el bar del pueblo, del que a los pocos minutos desaparecen todos los clientes. En otro aciertan a decir: "El padre es un poco abusón; el hijo es más educado".
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