"Estará conmigo que es irregular hacer una denuncia con 'ertzainas' en un despacho"

Con el auto del caso Iurbenor en la mano, Jabyer Fernández prepara su ofensiva legal contra los exsocios que le denunciaron porque ha visto cómo se esfuman judicialmente las acusaciones delictivas de que fue objeto tras no pagar a Hacienda más de 43 millones procedentes del IVA en la venta de terrenos de Puerta de Bilbao. El dueño de Afer estudia ahora "por dónde voy a empezar". Y en este escenario Fernando García Macua, actual presidente del Athletic y en quien siempre depositó las principales decisiones fiscales, toma ventaja excepción hecha del diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, considerado por Fernández como su principal enemigo.

El principal imputado por insolvencia punible junto a su hermana Susana, en el caso Iurbenor, cree que todo el proceso aparece "viciado de origen" por el procedimiento seguido en la denuncia de los exsocios, aunque ni el juez ni el fiscal han adoptado medida alguna. De hecho, Fernández recuerda cómo en una de las diligencias practicadas en este proceso mercantil, el juez José María Eguía le trasladó su sorpresa a Macua sobre la tramitación de la denuncia que suscribió junto a Josu Olazaran, Enrique Guzmán, Michelo Aguirre, Diego Gutiérrez Zarza y José Manuel Rodríguez Emaldi. "Coincidirá conmigo en que resulta un tanto irregular presentar una denuncia en un despacho de abogados en presencia de ertzainas y que los denunciantes no la entreguen en ninguna comisaría", le espetó el magistrado del Juzgado de Instrucción Número 6 de Bilbao.

Una vez liberado del delito fiscal, Fernández irá contra sus exsocios

Macua admitió en sede judicial que había llamado en su día al entonces viceconsejero de Interior del Gobierno vasco para que una dotación de ertzainas se presentaran en su despacho de Bilbao, donde iba a redactarse la denuncia contra Fernández. La afirmación no ha sido desmentida en ninguna diligencia posterior, aunque tampoco se ha pedido su veracidad. Eso sí, la denuncia fue entregada por los ertzainas en comisaría y no por quienes la habían firmado. Según los exsocios, resultaba "más operativo" hacerlo así.

Este particular sistema de presentar una denuncia ha pasado desapercibido en el desarrollo de la causa, aunque Jabyer Fernández considera que "refleja" cómo se "orquestó la campaña contra mí". Para este empresario, resulta "llamativo" que un particular esté en condiciones de asegurarse hilo directo con un viceconsejero de Interior, de quien consiga, además, el envío de una dotación de ertzainas con el único propósito de poner en sus manos una denuncia.

En base a lo que manifestó Macua, su llamada surtió efecto hasta el punto de que los denunciantes no tuvieron que desplazarse a comisaría alguna para entregar su escrito, según admite Fernández. Eso sí, en ningún momento se ha requerido confirmación alguna de esta llamada al viceconsejero aludido. En opinión del imputado en el caso, "sólo alguien que se sienta respaldado políticamente es capaz de conseguir que este tipo de peticiones se cumplan". Fernández vuelve a sostener que "entonces" había "connivencia clara" entre el diputado general de Vizcaya y el grupo de denunciantes. "Hubo una una mano política", remarca.

Con todo, Macua se ha visto liberado ya de la pesada carga que le venía suponiendo la imputación de que era objeto y que, como primera derivada, le bloqueaba socialmente su decidido camino hacia la reelección como presidente del Athletic. Pero Jabyer Fernández no está dispuesto a darle la tregua suficiente porque le considera "responsable" del área fiscal de las empresas de su grupo empresarial y así lo recordará en la vista oral que se celebrará para decidir sobre la acusación de insolvencia punible a la que ha quedado reducido el caso Iurbenor desde el ámbito penal. Macua, sin embargo, siempre ha mostrado su confianza en que se vería absuelto de toda imputación como acaba de decidir el juez Eguía.

No obstante, Fernández incluirá también a Macua junto al resto de los exsocios que le denunciaron en las acciones judiciales que va a emprender, según reiteró ayer, para resarcirse de los daños "morales y económicos" que "me ha supuesto su denuncia" una vez conocido el auto en el que se concluye que no existe delito fiscal alguno, una conclusión que golpea la línea de flotación de quienes articularon en el despacho de Macua las acusaciones contra el dueño de Afer.

Como ya adelantó EL PAÍS, empresas de varios de los denunciantes fueron recibiendo importantes sumas de dinero procedentes de los 43 millones de euros que Jabyer Fernández debía abonar a la Hacienda vizcaína en concepto de IVA. Fernández confirma que ordenó estas transacciones al tiempo que insiste en que los exsocios que se habían beneficiado de su decisión financiera conocían que iban a recibir estos ingresos con anterioridad a la presentación de su denuncia.