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Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Paisaje dentro de la batalla

A veces el arte coreográfico pide modestia tanto en el uso de los medios accesorios como en el abordado temático. Así, la obra de Arias como la de Telford, adolecen de fragmentación, inconsistencia, dubitación expositiva y prurito grandilocuente. Everything might spill es oscura y conturbada, quiere ser críptica y se resume aburrida en un tempo de adagio a lento poco inspirador. Un cilindro de gasa a lo Josef Svoboda sobre el que se proyecta un remedo distorsionado de secuencia de Eadweard Muybridge logra un efecto positivo momentáneo: puro espejismo.

Fractus con un vestuario de debutante con inquietudes, apabulla una atmósfera posnuclear a ratos, retrofuturista otras, donde todo es excesivo, desde la amplificación del sonido hasta la falta de coherencia estructural. Falta baile. Lo mejor de la noche, a gran distancia, Gwana: emocionada y sensible pieza del último periodo organicista donde el valenciano retoca su propio fraseo de antaño, lo reelabora con soltura y notable empaque visual en un lirismo envolvente.

Sobrevolaba el telón la polémica por el patrimonio coreográfico

Pero lo que sobrevolaba el telón y los pasillos en La Vaguada anoche era la actual y muy mediática polémica por el patrimonio coreográfico de la Compañía Nacional de Danza, litigación ociosa en sí misma, cuanto que también indeseada en el fondo y en la forma. Ni las partes han estado a la altura de las circunstancias ni han tenido en cuenta a la principal masa actuante, es decir: a los bailarines (entre ellos estos de la CND2). Y en segunda instancia, al público; y apurando en tercera, a la cultura en general y a la española en particular, tal como es evidente que hay que conservar lo mejor de esta etapa, y no perder nada por cualquier dañino despotismo burocrático. Los jóvenes de la CND2 están muy preparados, y lo que deja ver las muchas limitaciones estilísticas de este repertorio, les augura buen futuro profesional. Hay en ellos pujanza, energía y musicalidad.

Que la CND2 debe seguir adelante y sobrevivir a esta absurda tempestad doméstica con escenografía de patio de vecinos, es un hecho defendible, justificado y que nadie debe poner en cuestión. Otra cosa es la orientación técnica y estética, pues siempre la CND2 deberá estar al servicio nutricional de la compañía mayor y del germen creativo en ciernes.

Y precisamente es en este argumento cimental donde la perspectiva actual está pervertida. Es evidente que los defensores de una epidérmica y mal entendida modernidad ven en la compañía de los jóvenes un bastión contestatario, un arma. Es injusto con los artistas y no es de recibo la provocación. El popularizado adagio en El Gatopardo de que "algo debe cambiar para que todo siga igual" es un mal maquillaje que en ballet no suele funcionar y en esta compañía se están pagando las consecuencias con estos más que prescindibles estrenos, abonados en la residual tradición de la escuela holandesa de ballet contemporáneo y concebidos a más fervor en un momento de verdadero terror corporativo.Compañía Nacional de Danza (CND2)

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Fractus: Luisa María Arias/Antonio Mariscal; Everything might spill: Lesley Telford / Marcos Balter y otros; Gwana: Nacho Duato / Hassan Hakmoun y otros. Directores: Hervé Palito y Fabrice Edelmann. Teatro de Madrid. Hasta el 26 de marzo.

Representación de <i>Everything might spill</i>, uno de los estrenos de la CND2.
Representación de Everything might spill, uno de los estrenos de la CND2.FERNANDO MARCOS

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