Colores que hablan en la selva
Si se encuentra con una rana como esta, por si acaso no la toque. Aunque el pequeño anfibio verde de ojos rojos y saltones de la foto (Agalychnis callidryas), de arrebatador cromatismo, residente en el parque nacional de Monteverde, en Costa Rica, no es venenoso, sus diminutos y bellos parientes de los géneros Dendrobates y Phyllobates, muy similares y endémicos como él de las selvas húmedas de Centroamérica, sí los son.
A esos peligrosos batracios se les conoce como ranas dardo o ranas punta de flecha, porque por allí las utilizan para emponzoñar los proyectiles de las cerbatanas frotándolos contra su piel, que segrega una mortífera neurotoxina. Los llamativos colores de todas ellas no les sirven de camuflaje, sino como señal de aviso: no me toques. La oveja negra, aunque amarilla, de esta familia batracia es la rana dorada (Phyllobates terribilis), el vertebrado más venenoso. De besos y príncipes, mejor ni hablar. www.visitecostarica.com incluye información sobre los parques nacionales.
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