Manjón: "Déjennos con nuestro dolor; dejen en paz a nuestros muertos"
Los colectivos de víctimas rememoran separados el aniversario de la matanza - Dos asociaciones de afectados siguen defendiendo teorías conspirativas
Fue una cuestión de suerte. De mala suerte. María Eugenia Ciudad Real Díaz, trabajadora de una sucursal bancaria de 26 años, cambiaba en días alternos su hora de entrada al trabajo. A las ocho de la mañana o a las nueve. "Su destino estaba escrito", cuenta María, su madre. "El 11 de marzo de 2004 era a las ocho cuando comenzaba a trabajar. Cogió un tren en Leganés para, como cada día, hacer transbordo en Atocha, pero nunca llegó. Aquí se quedó". Siete años después, María ha venido junto a su marido al lugar en que perdió la vida María Eugenia para mostrar su foto a todo el que quiera verla y pedir respeto por su memoria. Desde el estrado, colocado a la entrada de la estación, la presidenta de la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo, Pilar Manjón, sintetiza sus sentimientos: "Déjennos deambular con nuestro dolor. Dejen en paz a nuestros muertos".
"La justicia no será completa hasta que se sepa toda la verdad", dice Pedraza
"El Ayuntamiento solo ha puesto trabas al monumento", asegura Manjón
Cada año por estas fechas, los cerebros del bulo regresan con nuevas teorías
Los homenajes para no olvidar se tiñen de polémica por la manipulación
El séptimo aniversario del peor atentado de la historia de España, la muerte de 191 personas por la explosión de tres artefactos explosivos colocados por una célula yihadista en trenes de cercanías de Madrid, volvió a conmemorarse en medio de una gran división. De un lado, los que están convencidos de que el 11-M es un caso cerrado tras un juicio "serio y justo". De otro, los que consideran insuficiente la labor de la justicia y exigen que se sepa "toda la verdad" dando pábulo a las teorías de la conspiración todavía amparadas desde algunos sectores. Solo una cosa las une, el descontento respecto al trato que reciben de las instituciones. Y en cada homenaje se encargan de airearlo.
El primer acto en que se escenificó esa división fue el organizado por la Comunidad de Madrid a las nueve de la mañana frente a la Real Casa de Correos, la sede de la presidencia madrileña. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, acompañada del líder del PP, Mariano Rajoy, y de los portavoces de los tres grupos representados en la Asamblea de Madrid -David Pérez (PP), Maru Menéndez (PSOE) y Gregorio Gordo (IU)- colocaron una corona de laurel frente a la placa que rinde homenaje "a todos los que supieron cumplir con su deber de auxilio a las víctimas de los atentados del 11-M".
Lo hicieron mientras sonaba el Réquiem, de Mozart, flanqueados por las presidentas de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Ángeles Pedraza y Ángeles Domínguez, ambas defensoras de las teorías conspirativas sobre el ataque terrorista. Y en medio de la clamorosa ausencia de Pilar Manjón -representante del colectivo que engloba al mayor número de víctimas de los atentados-, enfrentada desde hace años a Aguirre ante la negativa de su Gobierno de prestar ayudas a su asociación mientras las concede a las otras.
Este año, sin embargo, los reproches de Manjón no fueron contra el Ejecutivo madrileño, sino contra el Ayuntamiento de la capital. Los lanzó una hora después, en la puerta de la estación de Atocha, durante el homenaje a las víctimas organizado por UGT, CC OO y la Unión de Actores. Mientras ella se dirigía a los asistentes, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, presentaba en la estación de El Pozo un monumento a las víctimas, del dibujante y arquitecto José María Pérez, Peridis, cuya construcción reclamó la asociación de Manjón. A su inauguración, sin embargo, tampoco acudieron sus miembros. Y su presidenta explicó por qué.
"El Ayuntamiento de Madrid es una institución que solo ha puesto trabas al monumento", dijo Manjón. "Cuando entramos en la reunión para pedir que se erigiera, se nos contestó que si veníamos a reclamar otro monumentito para las víctimas del 11-M; que cualquier día iban a tener que hacer uno para las putas de [la calle] Montera". Después añadió que el autor de esa frase había sido el número dos de Gallardón, el vicealcalde Manuel Cobo, aunque ella, al contrario de lo que dan a entender sus palabras, no estuvo presente en el encuentro. Fuentes del Consistorio niegan que Cobo se manifestara en esos términos y añaden que en la reunión, celebrada hace casi tres años, el 7 de abril de 2008, estuvo presente un miembro de la asociación, junto con Cobo, otra concejal, representantes vecinales y los técnicos encargados de levantar el monumento. "Lo único que se les dijo es que no se podía colocar uno en cada estación de Cercanías. Que siguiendo la lógica del colectivo de víctimas deberían levantarse también en cada rincón en el que muriera una mujer maltratada".
Manjón también se quejó de que la fiscalía no haya hecho nada para evitar los insultos que ella recibe por Internet -"tu hijo está bien muerto", asegura que le lanzaron en algunos foros- y se refirió con ironía a los "próceres de la patria que dicen que cuando ellos gobiernen se sabrá la verdad del 11-M" o a un tertuliano que aseguró en un programa de televisión que "le producía pena ver a las víctimas defendiendo a los asesinos". "El 11-M es un caso cerrado. La verdad se conoció en un juicio serio y justo", zanjó la presidente de la asociación mayoritaria.
Media hora después, junto al Bosque de los Ausentes del parque del Retiro, la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, mantenía lo contrario. Pedraza habló de los "años de plomo" vividos desde el atentado en los que, asegura, se les ha pedido silencio "simplemente porque existía una sentencia judicial". "Como si esa sentencia, que respetamos, nos negara el derecho y la obligación a seguir exigiendo justicia", prosiguió. "La justicia nunca será completa, reconfortante o mínimamente reparadora hasta que no se sepa toda, toda la verdad". Ignorando el proceso judicial que acabó con 18 condenados como autores de la matanza, Pedraza lanzó: "A día de hoy no sabemos qué estalló en los trenes ni quien colocó las bombas ni lo más importante: quién ordenó la masacre. Reclamamos a todos los que tienen responsabilidades públicas que nos miren a los ojos y se atrevan a decirnos que el 11-M es un caso cerrado". Lo afirmó ante Ángel Juanes, el presidente de la Audiencia Nacional, el tribunal que investigó y juzgó en primera instancia a los autores del atentado.
Por la tarde, vuelta a El Pozo. En la estación en la que el alcalde de Madrid había inaugurado por la mañana el monumento a las víctimas diseñado por Peridis, la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo logró congregar bajo la lluvia a unas 200 personas. Entre los asistentes, además de vecinos, afectados por los atentados y los artistas de la obra, estaban los candidatos socialistas a la Comunidad de Madrid y a la alcaldía de la capital, Tomás Gómez y Jaime Lissavetzky, así como la ministra Leire Pajín y dirigentes de IU.
Manjón, menos crítica que en su discurso de la mañana en Atocha, aseguró que los monumentos y los homenajes son necesarios "porque la memoria no es espontánea y algunos, si pudieran, la borrarían". Sobre la importancia de recordar a las víctimas también habló Peridis, que señaló que su obra ayudará a luchar "contra el silencio y el olvido". Por último, Pajín pidió a todas las instituciones que "den calor a las víctimas y trabajen porque el 11-M se recuerde plenamente". "Esta estación, que se convirtió en una estación del dolor, jamás será la estación del olvido", concluyó.
Dos inauguraciones para un mismo monumento
El monumento a las víctimas diseñado por José María Pérez, Peridis, para la estación de El Pozo tuvo ayer dos inauguraciones debido al desacuerdo entre el Ayuntamiento y la asociación de Pilar Manjón, la que propuso su construcción. Manjón quería que se celebrara a las 19.00 al considerar una tradición que el homenaje a las víctimas de El Pozo se celebre a esa hora. El Ayuntamiento, sin embargo, se negó a organizar el acto por la tarde. Al final, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, acompañado de Mariano Rajoy, acudió por la mañana y Manjón y los miembros de su asociación, por la tarde.
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