Manel: gente no tan corriente
El fin de la entrevista es el único momento relajado la mañana del domingo. Roger Padilla (guitarra) sigue ojeroso y dibujando sobre un papel. Martí Maymó (bajo) se ha puesto la pajarita que los demás miembros del grupo no lucirán en las fotos. Arnau Vallvé (batería) se repantiga en su silla, seguramente decidiendo si es de mala educación levantarse ya. Guillem Gisbert (voz) enciende otro Camel Light y arranca una conversación fluida que confirma lo poco que les gusta hablar de sí mismos o explicar, argumentar y justificar los cómos o los porqués de su éxito. Manel vendieron 36.000 copias de Els millors professors europeus (2008), su debut. Han llenado dos veces el Palau de la Música de Barcelona y han sido señalados como el grupo que explica mejor que ningún otro el actual pop en catalán. Desacomplejados, despolitizados, locales y globales, con tanta influencia de Sisa o Pau Riba como de Beirut. Se disponen a editar su segundo largo, 10 milles per veure una bona armadura. Quince días antes de que se publicase, solo con los prepedidos ya era número uno en iTunes. Grabado en Can Sons, el estudio que Arnau posee en Barcelona, el disco sigue la senda del folk pop de su antecesor, acaso abrazando más ambiciosos arreglos de viento y cuerda y aumentando, si era posible, el atractivo de unas letras que no conceden a la obviedad ni un verso. Manel son muy grandes y muy normales.
"¿Sabes cuando has preguntado lo que menos nos gusta de esto? Pues las entrevistas, en mi caso", comenta Roger, más distendido de lo que pueda sonar. "No queremos ponerlo difícil, es que no nos sentimos muy cómodos en este entorno". Al otro lado de la sala, alguien trata de convencer a Guillem de que se ponga una camisa que no es suya para la foto: "No, si yo te entiendo", dice, "pero va a ser que no".
ep3. ¿Presión por agradar?
roger. La gente ya nos conoce, sí... pero no nos ha afectado mucho.
ep3. Se habla mucho de nuevo pop en catalán, de su significado sociológico. Sois el ejemplo de una sensibilidad nueva, despolitizada y exportable... ¿Abanderáis algo?
Guillem. No existe esa sensación. Cada uno, como puede, trata de hacer canciones que estén bien, y algunos lo logran. Pero nosotros no somos parte de nada más allá de nosotros mismos. Esto es un negocio familiar.
ep3. ¿Qué creéis que espera la gente?
Martí. Supongo que cuando escuchas un disco que te gusta, esperas que el siguiente también. Y ya es la hostia si la banda evoluciona. Creo que se espera un cambio, pero que seamos nosotros.
ep3. ¿Sois, simplemente, gente normal de la que se esperan cosas normales?
G. Esto lo dicen mucho por la versión de Common people de Pulp, pero es que era la mejor manera de traducir el título de la canción: Gente normal. Hay mucho azar en todo esto. De mezclar a las cuatro personas que somos surge un gusto concreto que, con el primer disco, ha calado. No vale la pena, de cualquier modo, teorizar mucho, porque me temo que es demasiado azaroso. Nos peleamos entre nosotros y salió algo que gustó. Igual ahora el disco gusta menos. No lo sé.
ep3. ¿Habéis aprendido algo?
R. Personalmente... nada
G. Como músico, no creo haber evolucionado demasiado.
M. Has aprendido arpegios con el piano.
G. ¡Es verdad! En el primero no sabía hacerlos, y no sabes cómo se nota el cambio.
ep3. ¿Qué os ha sorprendido más?
M. Aprendes palabras nuevas. Qué es un royalty, cómo se distribuyen los derechos de autor...
G.
¡Curfew! Es un concepto básico... Es la hora para abandonar el escenario. A veces hay curfew o curfew no. Al final tocábamos lo mismo, hubiera o no.
M. No siento haber descubierto un mundo emocionante. Curras con una gente que hace su trabajo como puede. Sales de gira y conoces programadores, técnicos... Es sencillo, mecánico.
ep3. ¿Sin mística, emoción o peligro?
G. Lo mismo que en cualquier otro negocio. No conozco veterinarios, pero seguro que está plagado de gente interesante. Seguro que los periodistas conocéis más gente interesante durante la semana que nosotros... Seguro, seguro.
ep3. ¿Seguro?
G. Igual me he pasado de seguro... Pero si tuviéramos una tienda de legumbres, conoceríamos mucha más gente. No hemos llegado al punto mitológico. Supongo que Bowie se topaba con gente fascinante.
ep3. ¿Podéis ser número uno en España?
R. Si pasa, pasa... Está bien que te oiga más gente.
ep3. Pero estaría bien, ¿o no?
Todos. ...
Arnau. Aún no hemos sacado el disco y tenemos conciertos por Catalunya, que son importantes, porque es el público que más espera el disco. Si alguien de Madrid quiere que algún día vayamos a tocar, encantados...
ep3. Ya habéis actuado en Madrid.
R. Sí, no cambia demasiado... Solo que nos dirigimos al público en otro idioma, como cuando vamos a Inglaterra.
ep3. Último intento: ¿el disco puede abrir las puertas del resto de la Península?
G. Es que no tengo la capacidad de analizar lo que hago. Me volvería loco. El primer disco gustó en Catalunya, no sé siquiera si el segundo también. Por lo que tampoco tengo idea de cómo será recibido en Cáceres... o en Colliure.
ep3. ¿Es soberbio planificar las cosas?
G. Igual sí. Hemos avanzado de forma muy natural, llegando a hacer cosas que jamás hubiésemos pensado. Si me preguntas hace año y medio, jamás te hubiese respondido que me gustaría tocar en el Palau de la Música de Barcelona. Me parecería petulante y un sacrilegio. Ahora me pasa lo mismo. Espero evolucionar y hacer más cosas, pero no soy capaz de crearme una ambición
ep3. Si esto no hubiese funcionado, ¿qué estaríais haciendo ahora?
R. ... Dormir...
G. Yo estaría en el paro.
ep3. ¿Una empresa familiar se vuelve a veces claustrofóbica?
G. Hay un punto, sí.
M. A veces, me pongo de mal humor y no hablo.
R. Ah, ¿cuando no hablas es por eso?
M. Tengo un punto en el que puedo lograr que parezca que no estoy. Pero si os hablo, vuelvo a la realidad. Nunca es grave, no os preocupéis.
ep3. ¿Ha habido algún momento en que haya estado en peligro el grupo?
R. Tras el primer concierto.
M. Y en Inglaterra. Dimos cinco bolos y en el primero nos equivocamos.
A. Era un festival en Brighton y, bueno, tratamos de exportar el espectáculo, cuando solo teníamos 20 minutos.
G. Los ingleses saben aprovecharlos, tocan hit tras hit y la gente se pasa el concierto saltando y sudando... Nosotros tenemos un concepto de concierto más pausado, hablando mucho entre tema y tema, y pensamos que, por nuestros huevos, íbamos a hacer lo mismo. Y acabé explicando en inglés las canciones ante dos individuos que pasaban de nosotros.
ep3. ¿Os reconocen por la calle?
A. A mí no...
R. Es porque no se te ve cuando tocas.
G. No, es que va disfrazado.
A. Es porque me he cortado el pelo
G. Vale, te dedicas a buscar argumentos tipo "no me reconocen porque me he cortado el pelo"... Anda que....
10 milles per veure... se edita el 15 de marzo.
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