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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un vulgar club de ricos

La lista Forbes de la gente más rica del mundo es como la antigua vida de reyes y princesas: algo inalcanzable con lo que soñar y alimentar la curiosidad morbosa. Es casi inevitable echar un vistazo a estos listados e, incluso, establecer una absurda rivalidad entre unos y otros como si a alguien con 50.000 millones de dólares de patrimonio le pudiera quitar el sueño que otro gane un poco más o le haya arrebatado el segundo puesto en el Olimpo. ¿O sí?

Resulta tan irreal que un solo empresario, como Carlos Slim, acumule un patrimonio de 74.000 millones de dólares o que en un chaval llamado Mark Zuckerberg, que tuvo la feliz idea de crear Facebook, se haya hecho con una fortuna de 13.500 millones en pocos años que el resto de los mortales no tenemos otra opción que repasar esa lista de ricos como quien colecciona cromos, como jugando, y solo a veces atreviéndose a imaginar cómo es una vida de ensueño en la que la cuenta corriente nunca mengua. Ni siquiera en plena crisis. En 2010 las personas que poseían más de 1.000 millones de dólares ganaron más que en 2009 y, además, el club se amplió a la cifra récord de 1.210 ricos.

O la revista Forbes sube el listón de los 1.000 millones o pertenecer a ese club de multimillonarios va a empezar a resultar demasiado vulgar. E insultante. Porque mientras el mundo se estremece con una crisis que ha dejado sin trabajo y sin hacienda a millones de personas, entre estos 1.210 miembros del club de los ricos suman la también cifra récord de 4,5 billones de dólares, o sea, cuatro veces el PIB español. Con una propina del afortunado grupo nuestros problemas de solvencia desaparecerían como por ensalmo.

Dice la revista Forbes, como queriendo rescatar del desánimo que produce constatar lo mal que se reparte la riqueza y dando a entender que no es tan difícil entrar en el club, que la gran cantidad de millonarios por debajo de los 40 demuestra que no hace falta una vida entera para disputarle el trono a Slim. Pero la realidad es que junto a los zuckerberg de la lista abundan los ricos herederos como Ayman Hariri, Yang Huiyan o un tal Albert von Thurn und Taxis, un alemán que ya era multimillonario con ocho añitos.

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