Un inesperado renacimiento político
Las escisiones de PP e IU aumentan la incertidumbre sobre el resultado
Úbeda asiste a un inesperado renacimiento político. Es como si, cinco siglos después, el influjo del Renacimiento hubiera irradiado entre los vecinos de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Hasta siete formaciones (aún podría aparecer alguna otra) han confirmado ya su presencia en los comicios del 22 de mayo, una oferta que ha agitado la vida política de esta localidad jiennense.
Parte de la culpa la tienen las escisiones en el PP e IU, que han motivado la aparición de dos nuevas candidaturas nucleadas, en gran parte, por dirigentes y militantes críticos con las tesis oficialistas. El alcalde, Marcelino Sánchez, que vuelve a liderar la lista del PSOE, no oculta que la disgregación de la oferta electoral le puede afectar a su partido, que ha gobernado en minoría estos cuatro años. "Las experiencias políticas de fuerzas que representan a un pequeño número de vecinos no suelen ser buenas", augura Sánchez, que ya fue alcalde entre 1999 y 2003 gracias a un pacto con IU. "Me presento con los deberes hechos y la solvencia de un gran número de proyectos en época de crisis", dice el regidor local, que quiere afianzar la imagen turística de Úbeda como uno de los principales destinos de interior del sur de España.
El PP aspira a recuperar la alcaldía en medio de una profunda división. El detonante fue el congreso local de febrero de 2009, que eligió presidente al ex alcalde Juan Pizarro, que lideró, sin éxito, una alternativa al presidente provincial en el último congreso. La dirección provincial impugnó la elección de Pizarro y eligió a un nuevo presidente, José Robles, que es el candidato popular. "El partido está más unido que nunca", dice Robles, intentando pasar página y presentando a su partido como "alternativa real" de gobierno. ¿Y si nadie obtiene mayoría? "Esperamos que se respete la lista más votada".
La consecuencia de esa división ha sido el nacimiento de Iniciativa Popular de Úbeda (IPdU), que lidera Luisa Leiva, afín a Pizarro y que, tras abandonar el PP, es concejala no adscrita. A su juicio, no es una rémora haber perdido la marca PP. "Más bien es una ventaja, ya está bien de trabajar por intereses de terceros", indica la candidata de una formación que dice aglutinar a más de 200 militantes que han dejado el PP desde el tenso congreso local.
La escisión también ha llegado a Izquierda Unida. Los dos concejales que la coalición obtuvo en 2007 se alinearon desde el principio con el sector crítico de IU, y la respuesta de la dirección ha sido renovar al completo la candidatura. Su cabeza de lista es Diego de la Cruz, un funcionario del Ayuntamiento que aspira a convertir a su grupo en "la llave" del futuro gobierno municipal.
Y entre los críticos de IU ha nacido Úbeda Ciudad Habitable, una plataforma electoral que quiere capitalizar el descontento entre el electorado de izquierdas. "Queremos romper con la forma de trabajar de los partidos tradicionales y hacer de la participación nuestro eje principal", indica Francisco Jesús Román, coordinador de la plataforma, que aún no ha designado a su candidato.
El andalucista Francisco Mendieta afronta su cuarta experiencia como cabeza de lista. Concejal desde julio de 1996, Mendieta ocupó en el anterior mandato la primera tenencia de alcaldía y el área de Urbanismo tras el pacto con el PP. "Nos avala nuestra gestión en ese periodo", dice el candidato del PA, que se presenta como una alternativa al "desgaste" del PSOE y la "división" del PP. Con el mismo optimismo ha aterrizado en Úbeda (UPyD), el partido de Rosa Díez que aglutina a personas de distinto espectro social e ideológico. Su candidato, Francisco Martínez Villar, avanza qué harán si su voto es decisivo: "Solo pactaremos con los partidos dispuestos a cambiar la Ley Electoral, y eso invalida al PSOE y al PP".
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