Los empresarios vascos salen ganando
El saldo entre imposición y deducciones favorece a las sociedades más que en territorio común - Las Diputaciones creen que los incentivos sostienen la industria
El tratamiento fiscal a las rentas empresariales resulta mucho más favorable en Euskadi, en función de las medidas adoptadas por las Diputaciones, que en el territorio común. La tributación de las empresas en el País Vasco se beneficia de una decidida política de incentivos que se ha mantenido incluso, o por eso mismo, en tiempos de crisis, como explican las instituciones forales, as responsables de la recaudación y la normativa tributaria.
Entre deducciones, exenciones, bonificaciones, reducciones en las bases imponibles o liquidables y diferimientos, es decir, gracias a todo el conjunto de medidas que constituyen lo que se denomina gasto fiscal, las Diputaciones dejan de ingresar por el Impuesto de Sociedades el 29% de lo que teóricamente podrían recaudar sin ninguna deducción, un 10% más que en el territorio común, donde ese porcentaje se queda en el 19%.
Esta posición favorable a los empresarios vascos se ve reforzada por el hecho de que la tributación en Euskadi de las compañías ya está primada de antemano por un tipo de gravamen del Impuesto de Sociedades del 28%, con carácter general, y del 24% para las pymes, frente al 30% al que tributan en territorio común las sociedades y el 25% de las pymes.
Esta situación tributaria comparativamente mejor en la comunidad autónoma se mantiene incluso descontando el efecto tiene en la recaudación la favorable fiscalidad de las cooperativas vascas, que tributan a un tipo aun más reducido de entre el 19% y el 21%. Se excluyen las cooperativas de crédito, que tienen el tipo equiparado al del resto de las empresas (el 28%).
El gasto fiscal presupuestado este año por las Haciendas forales por los tipos impositivos especiales de las cooperativas asciende a 14,28 millones de euros de los 426 millones totales de gasto. La componente principal de la minoración en la recaudación del Impuesto de Sociedades son las deducciones de la cuota íntegra, entre las que figuran las que hacen referencia a la doble tributación y todas las que afectan a investigación, innovación, formación, patrocinios y exportaciones entre otras muchas que regulan las Diputaciones.
En total, estas deducciones suponen 263,4 millones de los 426 millones presupuestados en gasto fiscal para este año, el 61,8% del total. La exención por reinversión de los beneficios extraordinarios es la segunda partida por dimensión, 63,9 millones de euros, muy lejos de lo que suponen las deducciones.
El Gobierno se muestra partidario de una reforma global de estso incentivos, cuyo debate ha aparcado hasta después de las elecciones de mayo, que eleve en general la presión fiscal entre uno y dos puntos, pero después de cribar las deducciones e incentivos, sobre todo en el Impuesto de Sociedades.
Las Diputaciones recalcan que una parte de la responsabilidad de que las empresas vascas se encuentren, por término medio, en mejor situación que las del resto de España radica en este tratamiento fiscal. Varios expertos explican que el sistema tributario vasco resulta injusto al beneficiar sustancialmente a las rentas muy altas y a las muy bajas. Un 10% de los contribuyentes medios y medios altos aportan hasta el 50% de la recaudación por el IRPF.
Las vías de escape del sistema
El volumen de capital que se queda al margen de lo que recaudan las Haciendas forales empieza a resultar especialmente significativo. A las vías de escape programadas, que actúan más como válvulas que liberan de tensiones los diferentes impuestos -deducciones por compra de vivienda habitual, aportaciones a fondos de previsión, por innovación y formación o por doble tributación entre otras muchas-, se suman las fugas conocidas, que conforman el fraude fiscal asociado o no a la economía sumergida, hasta el punto de que el total de lo no recaudado se acerca al 75% de lo que sí lo es.
Los incentivos fiscales presupuestados para este año por las tres Haciendas por los impuestos concertados suman 6.306 millones de euros, un 8% más que en 2010, sobre una recaudación prevista de 12.198 millones.
Un estudio realizado por los profesores de la Universidad Rey Juan Carlos María Arrazola, José de Hevia, Ignacio Mauleón y Raúl Sánchez, publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros, concluye que la economía sumergida supone ya en torno al 17% del PIB español. El principal efecto en la recaudación fiscal es que las Haciendas dejan de ingresar en torno al 5% del PIB. En el caso de Euskadi supondrían unos 3.400 millones anuales.
Así, de la recaudación prevista, entre beneficios fiscales y el fraude asociado a la economía sumergida por cada cuatro euros recaudados otros tres se escapan del sistema.
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