La inflación y la subida de los tipos de las hipotecas complican la recuperación
Los precios suben por el alza de los alimentos y, sobre todo, de los carburantes
Los sueldos de los trabajadores crecen poco; en algunos casos incluso bajan. El desempleo sigue en las alturas, entre los mayores del mundo desarrollado. Y los precios se disparan: la inflación gana altura por la subida de los alimentos y, sobre todo, de los carburantes; y en el otro precio fundamental para la economía -los tipos de interés oficiales: el coste del dinero- se adivinan también alzas que ya se han dejado notar en las hipotecas. Está por ver si esas subidas son coyunturales o han llegado para quedarse, pero las consecuencias de todo eso son fulminantes para el bolsillo: una merma del poder adquisitivo en España y, en definitiva, más complicaciones en una salida de la crisis que parece una carrera de obstáculos.
El IPC se sitúa en el 3,6% en febrero por la inestabilidad en el norte de África
El euríbor cierra febrero por encima del 1,7% y encarece los préstamos
El índice de precios al consumo (IPC) se aceleró en febrero hasta el 3,6% -datos que no se veían desde hace más de dos años- por los efectos sobre la cotización del petróleo de las algaradas sociales y políticas en la ribera sur del Mediterráneo. El indicador adelantado supone una subida de tres décimas respecto al dato anterior y supera en más de un punto la media de la eurozona (2,3%). Ante las previsibles subidas de los tipos de interés oficiales en la eurozona en apenas unos meses -el BCE no deja de ser el más ortodoxo de los bancos centrales-, el euríbor cerró ayer febrero por encima del 1,7%, la tasa media más alta de los últimos 20 meses: para una hipoteca media, eso supone un sobrecoste de más de 400 euros al año.
Libia, Túnez, Bahréin, Egipto. La inestabilidad en el norte de África ha llevado el barril de crudo por encima de los 110 dólares. Hace un año valía 75; hace dos, unos 40. "Es complicado que la cotización se detenga: las algaradas van a continuar en otros países. Eso supone inflación global y probablemente una vuelta a la recesión", indicó Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters. El petróleo tiene tanto peso en todas las economías que las consecuencias de su encarecimiento son formidables. En los países que están más fuertes (los emergentes como China) habrá una desaceleración del crecimiento. En los que viajan en un segundo vagón, como EE UU, una recaída no es improbable. "El problema es que economías cuya recuperación está cogida con alfileres, como la española, corren serios riesgos de volver a la recesión tanto por el efecto del precio del petróleo y de la reducción del poder adquisitivo como por las mayores dificultades para salir de la crisis vía exportaciones", según Crespo.
A España le viene mal el cambio en el horizonte económico internacional que provoca la súbita alza del petróleo. Sin embargo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró en Catar que la recuperación "está en marcha, a pesar de que [el repunte de la inflación] es un dato que no ayuda". El Ejecutivo espera que los precios se suavicen. Pero los expertos son menos optimistas. "El alza de la inflación y de los tipos hipotecarios reducen la renta disponible y con ella el consumo. Hace tiempo que la gente ha dejado de mirar el PIB para fijarse en el mercado de trabajo como termómetro de la economía. Si el empleo no mejora y los precios siguen subiendo, la recuperación está en entredicho", dijo Julio Rodríguez, de la Universidad de Alcalá.
Los economistas llaman estanflación al fenómeno económico que combina un estancamiento con la subida de precios: exactamente lo que ocurre en España. "La situación se parece a la que provocaron los shocks del petróleo de los años setenta. La cuestión es si los bancos centrales van a reaccionar: una subida de tipos oficiales condenaría a muchas economías a una vuelta a la recesión. El problema es que la situación se complica en varios países productores de petróleo, y con ese horizonte la inflación está asegurada", resume José García Montalvo, de la Pompeu Fabra.
Varios consejeros del Banco Central Europeo -y su presidente, Jean-Claude Trichet- llevan varios días alertando de los peligros que entraña esa mayor inflación. El Consejo del BCE se reúne pasado mañana en Fráncfort: no se esperan cambios en el precio del dinero al menos hasta el otoño, pero del lenguaje que utilice Trichet en la rueda de prensa depende en gran medida el bolsillo de quienes tienen hipotecas y la salud de la economía española en general. Trichet suele usar latiguillos para que los mercados sepan con antelación cuál es la senda elegida. Si se decanta por "riesgos equilibrados" acerca de la inflación, los tipos van a seguir igual. Pero si se decide por la fórmula "riesgos al alza", la subida de tipos estará más cerca. Y los problemas para España, también.
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