Los cineastas se escriben en vídeo
José Luis Guerin y Jonas Mekas se envían cortos a modo de cartas
En tiempos en los que nadie escribe cartas con tinta y papel, lanzado todo el mundo a la mensajería digital, el nuevo género fílmico epistolar parece estar acorde con la época. Hace unos años Víctor Erice y Abbas Kiarostami arrancaron este intercambio de cortometrajes auspiciados por el barcelonés CCCB, después fueron Isaki Lacuesta y la cineasta japonesa Naomi Kawase. Ahora La Casa Encendida patrocina los vídeos entre Isabel Coixet y Tim Robbins, directora y protagonista de la La vida secreta de las palabras; el CCCB, por su parte, promueve los de José Luis Guerin y el estadounidense Jonas Mekas, mito del cine underground.
Esta última relación audiovisual se ha proyectado por primera vez en el festival navarro Punto de Vista, cuya séptima edición se clausura hoy. Son 78 minutos basados en un ideal del veterano Mekas -el cine es reacción a la vida- al que se apunta Guerin, director de Innisfree, En construcción o la aún pendiente de estreno Guest. "Lo primero que tengo que decir es que no hemos acabado. Me es difícil hablar de esas siete cartas como algo clausurado. Se ha estrenado aquí, después irá al CCCB, a La Casa Encendida y al Pompidou con nuevas misivas. El proyecto está vivo". Y cercano a las inquietudes del cineasta: "Me gusta buscar nuevas formas. El cine es un alfabeto y puedes hacer novelas, poemas o, como aquí, cartas".
Isabel Coixet y Tim Robbins hicieron un intercambio para La Casa Encendida
Si en el intercambio de misivas la gente va abriendo su corazón, en estas videocartas Guerin ha descubierto de Mekas su vertiente franciscana. "Me ha sorprendido que su película favorita sea Francisco, juglar de dios, de Rossellini. Sí conocía su forma de filmación democrática: le da igual si delante de la cámara está John Lennon, Andy Warhol o uno de sus vecinos lituanos. A lo largo de su carrera siempre ha tratado igual a sus protagonistas. Es además muy desinhibido".
Cada pareja es un mundo, porque Isaki Lacuesta recuerda todo lo contrario de su relación con Naomi Kawase: "Yo sentí que conocí mejor a Naomi por sus películas y menos por las cartas, era un enigma en persona [Lacuesta llevó incluso a Kawase a su pueblo natal, Banyolas]. Las cartas son un extraño formato, porque son íntimas y privadas, pero a la vez las estás rodando para que las vea el público. Yo soy más resguardado y por suerte, cuando visitamos Banyoles, la película se hizo más abstracta".
Mekas y Guerín ya se conocían, y aunque el barcelonés no le considera un autor cercano a su obra, cuando desde el CCCB le propusieron las videocartas decidió incluirlo en "la lista de los Reyes". "Pensé en él, en gente que hubiera influido en mi adolescencia como Monte Hellman o Peter Bogdanovich, cineastas que me apetecieran. Ahora todo el mundo puede ver cine, pero cuando yo era crío soñaba las películas porque no podía verlas, y los textos de Mekas me descubrieron una manera de hacer cine". Aquel adolescente amante del rock tiene ahora línea directa con su ídolo.
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