Microcrónicas desde el Reina Sofía
Wikileaks entró ayer en el Museo Reina Sofía. El debate sobre la información que más ha marcado el rumbo del periodismo en los últimos años concentró ayer a un público joven, inquieto por conocer cómo los cinco medios que difundieron los papeles secretos del Departamento de Estado de EE UU trasladaron a los lectores, desmenuzados, los contenidos de los miles de documentos filtrados por Julian Assange. Un público activo que preguntaba y comentaba en directo a través de redes sociales como Eskup y Twitter.
Veteranos profesionales y estudiantes de periodismo siguieron con atención al debate protagonizado por los directores de The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y EL PAÍS. Todos coincidieron en que el periodismo estará siempre presente, aunque nadie sabe si los periódicos de papel, tal y como hoy los conocemos, existirán.
"Los periodistas somos contadores de historias y contadores de historias siempre han existido desde el comienzo de la humanidad, mucho antes de que se inventara Twitter, la imprenta o el papel", aseguró John Carlin. "Siempre ha habido un mercado, incluso en las cavernas, para aquellos que tienen una cierta capacidad para contar historias y confío en que, sea a través del instrumento que sea, siempre habrá consumidores de los productos que los periodistas vendemos". Para Carlin, ahora hay periódicos con mas lectores que nunca y también con menos ingresos que nunca debido al fenómeno de Internet. ¿Pasará el futuro por las redes sociales? Carlin no lo ve tan claro. "Son la versión extendida de gente que charla y opina igual que lo hace en un bar".
El subdirector de Abc Borja Bergareche sostiene que el oficio se enfrenta a una gran incertidumbre. "Hay futuro en la prensa de papel y en la prensa online. La pulsión informativa y la demanda de información existe y se transmite de generación en generación. En el papel no hay sitio para todos. Solo las grandes marcas sobrevivirán, y si son capaces de hacer un producto intenso".
Junto a periodistas consagrados, los alumnos de la Escuela de Periodismo UAM/EL PAIS seguían atentos el debate sentados en el escenario. Muchos, convertidos en periodistas de lo instantáneo, elaboraban minicrónicas en 140 caracteres que se proyectaban en una pantalla gigante. La corresponsal de la agencia mexicana de noticias Notisistemas Gabriela Lendo se mostró optimista al término del coloquio: "Nunca ha estado el periodismo tan vivo como ahora. Lo importante es el papel que cumple la persona que pone en contexto la realidad y que es capaz de analizarla".
El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja, calificó de "prometedor" el futuro del periodismo, siempre y cuando rectifique "la deriva de la última década" y si se "vuelve a hacer periodismo y no propaganda, adanismo y fascinación tecnológica". Más escéptico se mostró el periodista de Marca Santiago Segurola. "No sé si las viejas estructuras periodísticas van a ser capaces de sobrevivir en un futuro incierto desde el punto de vista empresarial".
Lo que todos tienen claro es que las nuevas herramientas, como las redes sociales, van a desempeñar un papel clave para que la información llegue antes y tenga un alcance global. Pero ni Twitter ni Facebook cambian el mundo. Es la gente la que hace las revoluciones.
