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España da por zanjada la crisis con Irán tras recibir disculpas

Miguel González

El Gobierno español considera zanjado el incidente diplomático con Irán provocado por la detención durante cuatro horas, el pasado lunes, del cónsul español en Teherán, Ignacio Pérez Cambra. La ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, se dio ayer por satisfecha con las disculpas de su homólogo iraní, Ali Akbar Salehi, quien le telefoneó el jueves por la noche.

Jiménez explicó que el jefe de la diplomacia iraní la informó de la apertura de una investigación interna para "determinar y depurar responsabilidades" y para asegurarse de que "nunca más" se repetiría un incidente de este tipo.

La ministra aseguró que su homólogo le había reconocido que la detención del cónsul español violaba la Convención de Viena, que garantiza la inmunidad diplomática, pero había disculpado a los agentes de la policía secreta iraní alegando que estos probablemente desconocían dicha legislación.

La llamada de Ali Akbar Salehi se produjo al límite del plazo de 48 horas que la ministra española había dado a las autoridades iraníes para que pidieran disculpas antes de tomar medidas de respuesta; entre las que citó expresamente la llamada a consultas del embajador español en Teherán, Leopoldo Stampa, lo que habría supuesto la apertura de una crisis diplomática entre los dos países. "Damos por zanjado este incidente, que para España era serio", concluyó ayer Jiménez.

La ministra agregó que había informado de las disculpas de Teherán a los restantes gobiernos de la UE y les agradeció su solidaridad, ya que al menos diez de ellos han convocado a los respectivos embajadores iraníes para quejarse del trato recibido por el cónsul español. En realidad, no es la primera vez que un diplomático europeo es detenido en Irán: dos alemanes y un sueco sufrieron una situación similar en 2010 y dos británicos en 2009.

Pérez Cambra fue detenido a la entrada de la sede diplomática española después de que hubiera presenciado una manifestación de opositores al régimen de los ayatolás en plena calle. El cónsul se identificó desde el primer momento como diplomático, pero los agentes hicieron caso omiso de sus protestas, así como de las del propio embajador, Leopoldo Stampa, que acudió a comisaría.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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