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El Gobierno considera "prácticamente inviable" una fusión de las tres cajas

El PP se muestra dispuesto a bloquear desde la Vital las intenciones del PNV

Javier Rivas

El rechazo forzado por el sector soberanista del PNV a una fusión fría entre BBK y Vital que estaba prácticamente hecha ha reabierto la incertidumbre sobre el futuro de las tres cajas de ahorro vascas cuando el sector afronta en España la mayor renovación económica y política de su historia. Abortada la unión a dos, el PNV abandera de nuevo una fórmula caliente a tres bandas que el Gobierno cree ya "prácticamente inviable". El propio lehendakari, Patxi López, ha trasladado esta consideración a algunos de los interlocutores políticos con los que ha abordado los últimos días la situación de las entidades de crédito.

La impresión en medios gubernamentales es que en el seno del PNV los criterios más duramente políticos planteados por sus respectivos responsables en Guipúzcoa y Álava, Joseba Egibar e Iñaki Gerenabarrena, este último además vicepresidente de la Vital, se han impuesto a la posición del líder del partido. Iñigo Urkullu consideraba razonable ahora la fusión fría, a la que más adelante podría sumarse Kutxa si era su deseo. López y su Ejecutivo estiman que en estos momentos, cuando el acuerdo BBK-Vital se hallaba muy avanzado, resucitar un plan a tres bandas resulta casi imposible de materializar por los equilibrios territoriales, tanto políticos como en el seno de las propias entidades, que habría que poner de nuevo en marcha, según las fuentes informantes.

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Otro inconveniente que se aprecia es que el sistema institucional de protección (SIP, la fusión fría) en que se habían embarcado la caja vizcaína y la alavesa, permitiría que ambas mantuviesen su identidad propia en sus territorios, actuando como banco en el exterior. Este era uno de los motivos para que tanto el Ejecutivo como su socio preferente, el PP, le hubiesen dado su visto bueno. "Ahora el PNV quiere la desaparición de las tres cajas y una fusión total de las marcas y eso es inviable", destaca un dirigente popular implicado en el debate con el Ejecutivo en esta materia.

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Eso sí, el Gobierno no va a tomar una posición activa en contra de una fusión a tres bandas para respetar la independencia de las entidades. De esta forma, todos los portavoces socialistas que se han pronunciado al respecto en los últimos días han centrado sus ataques en las posiciones peneuvistas. Ayer mismo, uno de los hombres fuertes del PSE, su secretario de Organización, Alfonso Gil, llamaba al PNV a la "responsabilidad" para llegar a un acuerdo que fortalezca el sistema financiero vasco "lo más posible". Para ello, estimó "muy importante" que el PNV vuelva "al criterio del interés de país".

Otras fuentes ponen de relieve la posición desairada en que ha quedado el presidente de BBK, Mario Fernández, por el rechazo peneuvista a la unión con la Vital cuando él mismo había dado garantías en noviembre pasado, apenas un mes antes de que la operación a dos saliese a la luz, de que esta contaba con el apoyo expreso del PNV. "Mario Fernández no se tira él solo a la la piscina", enfatiza un parlamentario al tanto de las negociaciones de la fusión fría.

La posición contraria de los socialistas supone solo uno de los escollos a que se enfrenta la fusión a tres bandas. El PP, que sigue manteniendo una posición relevante en la asamblea de Vital, va a hacer lo posible por bloquear los planes "puramente políticos" de un PNV al que piensa "castigar el hígado", en gráfica expresión de un miembro de su ejecutiva.

Al tiempo, el Gobierno y los populares siguen intercambiándose documentos para avanzar en la pendiente reforma de la ley vasca de cajas. El consejero de Economía, Carlos Aguirre, trasladó la pasada semana a sus interlocutores del PP el último borrador del departamento, que incluye varios planteamientos que había hecho el socio preferente del Ejecutivo, según fuentes populares.

Un punto clave de la reforma será el cambio en la representación que Ayuntamientos y Diputaciones tienen en las asambleas de las entidades (ver despiece). El objetivo confeso de socialistas y populares es evitar la actual "sobrerrepresentación" del PNV, término que Aguirre volvió a usar el miércoles y al que ayer respondieron airados los peneuvistas.

El PNV difundió un comunicado muy duro calificando como "inaceptables, partidistas y no acordes con la responsabilidad" de un consejero tales palabras. Para la formación nacionalista, el objetivo del cambio legal será "alterar el sistema electoral" para conseguir que PSE y PP "puedan ejercer su control político" de las entidades. "No son dignas de un responsable político-institucional estas manifestaciones", añade el PNV. Y abunda: "Lo que queremos oír del Gobierno de López es si la fusión de las cajas vacas es conveniente y necesaria para este país (...) A partir de este compromiso seguro que es posible llegar a un acuerdo como el que habíamos llegado" en 2005.

Fuentes de los negociadores consideran que en el mejor de los casos la reforma legal podría ser aprobada por el Parlamento a finales de junio, dados los trámites que el Gobierno debe realizar para aprobar el correspondiente proyecto de ley y que la Cámara quedará casi hibernada en mayo por la campaña electoral. Eso sí, como la renovación de las asambleas de las tres entidades no se prevé al menos hasta octubre, la traslación a las mismas de los resultados electorales se haría ya con los criterios de la nueva ley.

El <i>lehendakari, </i>Patxi López (en el centro), habla al comienzo del pleno parlamentario de ayer con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren (a la izquierda), en presencia del consejero de Interior, Rodolfo Ares.
El lehendakari, Patxi López (en el centro), habla al comienzo del pleno parlamentario de ayer con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren (a la izquierda), en presencia del consejero de Interior, Rodolfo Ares.EFE

Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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