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Reportaje:

Enigmas desde la cuna

Familias alavesas comienzan a investigar supuestos casos de niños robados en el franquismo - Lazcoz ofrece colaboración municipal

Siempre tuvieron la sospecha, la duda o la extrañeza de lo que había ocurrido, pero nunca hasta ahora varias familias de Vitoria se habían llegado a plantear la veracidad de los interrogantes que durante décadas se sucedieron en las conversaciones familiares. Los familiares de una veintena de niños nacidos durante el franquismo en la Clínica Arana de la capital alavesa y que fueron declarados muertos se reunieron ayer con el alcalde de Vitoria, Patxi Lázcoz, para dar a conocer su situación. Las familias sospechan que los niños fueron entregados ilegalmente en adopción.

"Creo que me encontré con él en verano, en agosto, en un supermercado, frente a frente", asegura Tomás Bengoetxea, miembro de una familia numerosa de siete hijos que podían haber sido ocho. Su hermano murió, según la versión oficial, nada más nacer en 1964. Su madre dio a luz a un niño en la clínica, el único de los hermanos que nació en la capital alavesa, ya que el resto lo hicieron en Acosta, donde vivían. La madre de Tomás fue sedada y, al despertar, le dijeron que su bebé había muerto. "Solo nos enseñaron una caja blanca en la que se supone que estaba", explica.

"Creo que me lo encontré en un supermercado", asegura uno de los afectados
El Ayuntamiento facilitará a las familias lugares donde reunirse y documentación

Bengoetxea ha tomado conciencia y ha comenzado a investigar ahora, pero asegura que deben afrontar muchas trabas. "Llega a ser hoy el día en que me lo encuentro en el supermercado y le paro", se lamenta, recordando su gran parecido con el hombre que se encontró. Su familia quiere confirmar si se encuentra entre los múltiples casos de niños supuestamente robados al nacer. "Le dirían que le habían abandonado, y queremos que sepa, si fue así, que no es cierto, que en nuestra familia, si cabían siete, también ocho".

"Nosotros empezamos a investigar ahora, pero lo hemos dudado siempre", explicaba a EL PAÍS Gurutze, una mujer de Vitoria que perdió a su hermano, quien hoy tendría 44 años, pocas horas después de que su madre diese a luz. El hermano de Gurutze nació el 2 de noviembre de 1966. Su madre vio "un niño sonrosado, llorando a pleno pulmón". Dos horas después, a su padre le enseñaban el cadáver de un bebé.

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La citada clínica, en la que desde hace años no se atiende a parturientas, se encargaba de enterrar a los niños en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria, por lo que en muchos casos las familias no podían ver los cuerpos. En algunas ocasiones, según comentaron ayer, se llegó a llamar a la policía para disuadir a las familias de que siguiesen preguntando.

"En el 80% de los casos que he oído hoy [por ayer] los niños murieron ahogados por el cordón umbilical. En el 90% les enseñaban una caja blanca y no les dejaban ver al niño", narra Bengoetxea. En la mayoría de los casos que relataron los participantes en la reunión con el alcalde, se encontraba la misma monja, según varios asistentes a la cita.

Lázcoz mostró "la disposición del Ayuntamiento para poder facilitar documentación" y lugares de reunión a las familias.

El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz (izquierda), charla con uno de los asistentes a la reunión de ayer.
El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz (izquierda), charla con uno de los asistentes a la reunión de ayer.L. RICO

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