El sector crítico ve insuficiente la solución que dio Ferraz a la 'guerra de las listas'
Los opositores a Gómez, decepcionados porque 'arañaron' solo dos puestos más- Los partidarios de Jiménez desconvocan el acto contra la ejecutiva regional
"El socialismo madrileño requiere muchas conversaciones y muchos cafés". Esta apreciación de un dirigente de la ejecutiva federal del PSOE responde al esfuerzo que debe hacer el máximo órgano de dirección de los socialistas para tratar de pacificar la convulsa federación socialista madrileña. El acuerdo de mínimos alcanzado entre el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, y el candidato a la alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, la noche el martes se produjo tras una "intensa" intervención tanto del vicesecretario general, José Blanco, como del secretario de Organización, Marcelino Iglesias.
El pacto entre ambos dirigentes pasa por la entrada en la candidatura municipal de dos personas afines a Lissavetzky, elegidas por su perfil técnico, a cambio de la salida de otros dos nombres afines al aspirante a la alcaldía, que Gómez los incluirá en la lista para la Asamblea de Madrid.
El próximo domingo se votarán las listas de todos los municipios
En realidad, el reparto de fuerzas se mantiene inalterado y los cambios no son más que maquillaje político: Lissavetzky mantiene seis afines, incluido él, entre los 18 primeros. Por eso, muchos dirigentes que han apoyado al secretario de Estado en su pulso con Tomás Gómez se sienten decepcionados. Creen que el acuerdo es insuficiente. "Por solo dos nombres hemos generado mucha tensión al partido. La semana pasada en las asambleas -celebradas por las agrupaciones locales para votar la lista propuesta por la dirección regional sin el visto bueno del candidato- se produjeron escenas de mucha tensión y no ha servido para nada", reconocía un diputado regional.Tomás Gómez ha impuesto su criterio con el acuerdo alcanzado con Lissavetzky por las listas electorales. Mantiene el control de la mayoría en la lista municipal y evita que el grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid se convierta en un contrapoder interno en el partido. Por eso, los críticos consideran que este acuerdo "de mínimos es injusto". Un dirigente socialista del entorno del aspirante desliza que la solución alcanzada no le satisface del todo al cabeza de lista y señala que le queda un poso de descontento pero lo acepta por obediencia al Ferraz.
Los que acudieron a la llamada de la dirección federal en apoyo de Trinidad Jiménez durante las primarias se sienten desilusionados y abandonados por Ferraz. En la ejecutiva federal se estima que el acuerdo en la lista de Madrid es "un primer paso dentro de una situación de conflicto muy hondo". Estos interlocutores resaltan que el pacto entre Lissavetzky y el secretario general del PSM demuestra que el acuerdo es posible. Los críticos con Gómez temen, ahora, que el conflicto se traslade a otros municipios de la región, como Getafe, Leganés, Coslada o Torrejón, donde los candidatos se opusieron al ex alcalde de Parla en las primarias. Consideran que, ante la "tibia" postura de Ferraz, Gómez volverá a imponer su criterio y cambiará las listas que aprobaron las asambleas locales en esos municipios.
La ejecutiva no quiere llegar a las elecciones con el problema de las listas sin resolver y, por tanto, hará lo imposible para pacificar el PSM, incluso con cesiones a favor de Tomás Gómez.
Ahora la dirección federal trabaja para que haya "ajustes" en las listas de los municipios con más problemas, antes de que se reúna el comité regional del PSM el próximo domingo, en el que se votarán todas las candidaturas de la Comunidad de Madrid. La idea es que se garantice la presencia de los diferentes sectores en todas las candidaturas. El problema reside en el reparto de fuerzas.
La inquietud entre los críticos es tal que el lunes convocaron un acto multitudinario para pedir que no se excluya de las listas a los que se opusieron a Gómez en primarias y ayer lo desconvocaron ante las presiones de Ferraz. En la ejecutiva federal se reconoce "el alto grado de lealtad y disciplina" de los críticos con el líder de los socialistas madrileños como han demostrado al desconvocar el acto que tenían previsto.
Pero Ferraz ahora trabaja para que el acuerdo sea completo y evitar el trance de tener que echar atrás alguna de las candidaturas madrileñas por estimar que se ha prescindido claramente de un sector. La dirección federal considera que si ha sido posible el acuerdo para la ciudad de Madrid también lo será para otros municipios. "Pero hay que seguir trabajando", señalan en Ferraz conscientes de que la división es profunda. El último tribunal para examinar las listas, el comité federal del PSOE, se reunirá el próximo 5 de marzo. El objetivo es que ese órgano de dirección solo tenga que aprobar por asentimiento todas las candidaturas que llegan de los comités regionales de toda España. "Pero todavía queda mucho por trabajar en Madrid", reconocen en la ejecutiva que lidera Zapatero.
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