_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Abucheos

Elvira Lindo

Hay un actor español que dentro de poco se presentará de esmoquin en la gala de los Oscar. La ideología, contra lo que se suele creer en España, no se lleva ni en la ropa ni en las formas. Alguien que "sabe estar" no es de derechas ni de izquierdas, es, simplemente, más educado. En los países en los que el cine forma parte intrínseca de la cultura popular eso se entiende perfectamente. Lo entienden los integrantes del gremio. Saben que no solo se hablará de los premios, también de los vestidos, las joyas, las miradas, la simpatía o la falta de elegancia. Es así. En Hollywood como en Cannes. En el libro Recordando a Kate, la Hepburn cuenta cómo durante años se negaba a ir a la ceremonia. De vieja confesó, sin rastro de autocomplacencia, todas las rarezas que la habían acompañado en su carrera, incluida la de despreciar un premio que estaba deseando recibir. Negarse a una fiesta entre compañeros es como despotricar contra las cenas navideñas, una pose cansina. Los artistas se visten de gala y el público disfruta de esta especie de Hola en movimiento. No hay más. Es el escaparate de una industria y de un trabajo colectivo.

En España hay ahora muchas razones para salir a la calle. Cuatro millones y medio de razones, y de parados. Y un porcentaje elevadísimo de paro juvenil. Cabe preguntarse dónde está el dique que contiene una situación tan crítica. Sin embargo, en los últimos tiempos la protesta está siendo monotemática: los artistas parecen haberse convertido en el chivo expiatorio de un resentimiento que encuentra ahí su vía de escape.

El actor abucheado asistirá a los Oscar. Es posible que allí le traten mejor. ¿Cuál ha sido su pecado en nuestro país? Ninguno, el ejercicio legítimo de expresar su opinión. Pero está claro que las formas en el debate público se han perdido. Y no sabemos cuánto lo vamos a lamentar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_