La Diputación se alinea con Ibarra al asumir que en Hacienda no hubo delitos
Bilbao: "Los letrados nos dicen que no existe perjuicio" a las arcas forales
Los dos últimos máximos responsables de la Diputación de Vizcaya fueron ayer todo menos beligerantes con Juan Ramón Ibarra, el ex jefe de la Inspección Fiscal que se enfrenta a 11 años de cárcel por presunto trato de favor a contribuyentes. El actual diputado general, José Luis Bilbao, asumió que la institución que preside no ve ninguno de los cinco delitos de los que se acusa a Ibarra y a otros tres funcionarios de la Inspección. Su antecesor, Josu Bergara, afirmó que no tuvo "ninguna" queja del comportamiento de Ibarra.
La comparecencia de ambos había levantado expectación. Fue, además, por una petición de la defensa al iniciarse el juicio -no estaban en la lista de los 135 testigos-, lo que desató las especulaciones sobre esta solicitud. Ayer quedó claro que el abogado de Ibarra quiso apuntalar su defensa con las declaraciones de Bilbao y Bergara.
La fiscal preguntó por qué avalaron todas las peticiones de archivar el caso
Bergara: "Supe que había algún problema en la Inspección"
Durante la larga instrucción de este caso -más de siete años, desde 2004- la Diputación se personó en las actuaciones justo hasta marzo del año pasado, pocos días antes del demoledor informe de la Fiscalía que constataba trato de favor a contribuyentes. Una salida que causó extrañeza entonces. Este hecho fue uno de los motivos de comparecencia de José Luis Bilbao, quien lo explicó por un informe elaborado "a motu propio", un término en el que insistió, por los abogados externos que siguieron las diligencias en representación de la Diputación. Unos letrados identificados por Bilbao para dar mayor validez a su informe (Mario Fernández, ahora presidente de BBK y que fue sustituido por su esposa, Arantza Estefanía, y Carlos Bueren, el ex juez de la Audiencia Nacional).
"Yo no soy letrado", dijo el diputado general. "Los letrados dicen que no ha habido perjuicio alguno para la Diputación y no ven prevaricación, falsedad, infidelidad en documento, desobediencia y cohecho", aseveró. La retirada del caso incluyó una "reserva expresa" de acciones civiles. "Que no existe daño o perjuicio [económico para la Hacienda] lo dicen los letrados", abundó Bilbao a preguntas de la Fiscalía. En la vista ha habido declaraciones de inspectores de la Hacienda aportando datos sobre ingresos no declarados por 24 millones de euros o que se dejase prescribir un fraude de 4,2 millones a Lorenzo Mendieta, empresario vinculado al PNV.
La fiscal jefe Carmen Adán sugirió la sintonía de los letrados de la Diputación con los de la defensa. Tras preguntar a Bilbao si tuvo conversaciones con sus abogados sobre la marcha de las diligencias - "en algún momento sí hable para ver cómo va esto", respondió-, lanzó una pregunta directa:
- "¿No se sorprende de que sus abogados se adhirieran a todas las peticiones de sobreseimiento [del caso] de la defensa y que intentaran que declarasen otra vez los más de 200 testigos?".
- "No lo recuerdo", respondió José Luis Bilbao.
La fiscal también le inquirió sobre la desobediencia de Ibarra a su superior en 2002, el entonces director de Hacienda Javier Muguruza, quien confirmó en el juicio que no cumplió sus ordenes. "A mí no me dicen nada de eso", declaró Bilbao, quien ese año era el diputado de Presidencia.
El testimonio de ayer contrasta con la postura mantenida en febrero de 2004, en pleno escándalo del caso, cuando la Diputación, ya dirigida por Bilbao, justificó el cese de Ibarra por actuaciones fuera de "su ámbito" y "no amparadas por su superior".
Josu Bergara, diputado general entre 1995 y 2003 (el año en que se conoció el caso con la entrada de la Guardia Civil, en marzo, en las oficinas de la Hacienda) coincidió con Bilbao en que nunca tuvo quejas del comportamiento de Ibarra. Aunque era la máxima autoridad, declaró tener escaso conocimiento del caso. "Me informaron del hecho pero no me comunicaron el motivo. Pasado el tiempo, supe que había algún problema en la Inspección pero ya estábamos en campaña electoral [en mayo de 2003] y no recuerdo que me informaran con más detalle".
El gesto de Juan Ramón Ibarra
José Luis Bilbao fue el primero en declarar en la sesión de ayer y, como era previsible, acaparó la atención de los fotógrafos de prensa. Al entrar en el estrado donde esperaba el tribunal, las partes y los cuatro imputados, no hubo ningún cruce de miradas con el principal imputado, Juan Ramón Ibarra. La estampa fue muy diferente a la del pasado 3 de febrero, cuando acudió otro alto cargo de la Diputación, el ex director de Hacienda Javier Muguruza, quien ha realizado una de las más graves acusaciones contra Ibarra: connivencia con asesores fiscales.
Aquel día, Ibarra dedicó una mirada fija a Muguruza al acercarse a su altura y no pudo reprimir una sonrisa. Ayer, al paso de José Luis Bilbao, se mantuvo mirando al frente, inalterable. Lo mismo ocurrió cuando el diputado general abandonó el estrado tras concluir su declaración.
Bilbao esperó entre el público al testimonio de su predecesor Josu Bergara, y entonces fue cuando salió del salón de vistas. Imagen de unidad que había quedado corroborada en las declaraciones de ambos.
La sesión tuvo ayer un tercer testigo, José María Chamizo, el ex director financiero de Aguinaga Llantada, el grupo más numeroso de contribuyentes (45) del listado protegido de los supuestamente favorecidos por Juan Ramón Ibarra, según la acusación del Ministerio Fiscal. Chamizo dijo que nunca había conocido al ex jefe de la Inspección Fiscal y que tampoco había tenido conocimiento de que "se buscara trato de favor".
El juicio cumple hoy la última jornada de declaración de testigos, con lo que solo quedarán cuatro sesiones más la próxima semana, con el testimonio de los peritos del caso y los informes definitivos de la Fiscalía y la defensa de los cuatro imputados.
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