El corte del vídeo del chivatazo policial a ETA fue intencionado, según un informe
La Guardia Civil afirma que la cinta fue manipulada durante la grabación
Los cortes del vídeo del bar Faisán grabado el día del chivatazo a la red de extorsión de ETA fueron intencionados. Es lo que se desprende del informe elaborado por la Guardia Civil sobre la citada cinta de vídeo VHS y que ya obra en poder del juez Pablo Ruz, que investiga el caso.
El magistrado había solicitado un nuevo informe a la Guardia Civil a la vista de que el dictamen realizado por la policía dejaba abierta la posibilidad de que los cortes se hubieran producido por "agentes externos, accidentalmente o por deterioro". Sin embargo, el dictamen del instituto armado descarta que el corte haya sido accidental. De hecho, sitúa el momento de la manipulación durante la grabación, es decir, que supuestamente alguno de los policías encargados de filmar la escena pulsó el botón de la pausa o de parar la filmación y luego la reanudó.
El momento que falta no coincide con los minutos en los que se produjo el soplo
El vídeo entregado al juez no recoge el momento en que una persona, supuestamente agente de policía, entregó al enlace de la red de extorsión de ETA y propietario del bar Faisán, Joseba Elosua, un teléfono móvil por el que fue avisado de que estaba siendo seguido, que su coche estaba controlado por micrófonos y que los elementos de la red podían ser detenidos en cualquier momento. También se le advertía de que no pasase a Francia a entregar el dinero del impuesto revolucionario que tenía recogido o el jefe de la trama, José Luis Cau Aldanur, sería arrestado. El objetivo de este aviso era supuestamente no poner en peligro las negociaciones entre el Gobierno y ETA, que por aquella época tenía declarada un alto el fuego.
Pero los momentos de la grabación que faltan no coinciden con el minuto a partir del cual, según el informe del policía que ha investigado el caso y por el que hay tres imputados, se produjo el soplo.
El juez ya había solicitado un informe sobre la "cadena de custodia" de la cinta, es decir, de todos los agentes que tuvieron la cinta en su poder en algún momento desde que fue grabada hasta que fue entregada en el juzgado y quedó bajo la custodia del secretario judicial. No obstante, si la manipulación se realizó en el momento de la grabación, como asegura el informe, y no hubo tratamientos posteriores, los posibles autores no deberían ser más de media docena.
En el caso se encuentran imputados el entonces director general de la Policía Víctor García Hidalgo; el ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamiés y el inspector de la Brigada de Información de Vitoria José María Ballesteros.
Aunque ni Elosua ha identificado a nadie ni hay ninguna prueba sobre el asunto, las sospechas apuntan a que Ballesteros habría entregado el móvil a Elosua y que Pamiés le habría avisado de las detenciones con el conocimiento del director de la Policía. A pesar del chivatazo, la red fue desarticulada y sus miembros detenidos.
La semana pasada, sin embargo, el caso dio un giro, ya que el ex jefe accidental de la Unidad Central de Inteligencia José Cabanillas acusó al investigador del chivatazo y jefe operativo del caso, el comisario Carlos Germán, de ser quien tenía interés en poner trabas a la investigación. Las pesquisas continúan.
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