"No han sufrido, descansan en paz"
El suizo que secuestró a sus hijas mellizas contó en una carta a su exmujer que acabó con sus vidas - El padre consultó métodos de envenenamiento
Los peores augurios en torno a la suerte de Livia y Alessia Schepp, dos mellizas suizas de seis años desaparecidas hace dos semanas, empezaron a confirmarse ayer con la revelación del descubrimiento de una siniestra nota dejada por su padre. Matthias Schepp secuestró a las pequeñas el 30 de enero, cuatro días antes de suicidarse en el sur de Italia, y envió a su expareja una carta en la que decía: "Descansan en paz, no han sufrido".
Las pequeñas fueron vistas por última vez a bordo de un transbordador entre Marsella y la isla francesa de Córcega el 31 por la noche. El análisis de su ordenador revela también que, antes de su huida, el hombre estuvo consultando en Internet informaciones sobre métodos de envenenamiento,
Los cuerpos de las hermanas no han aparecido y la familia busca pistas
Una hipótesis es que se deshizo de ellas en el 'ferry' rumbo a Córcega
En total, Schepp mandó desde la ciudad de Bari, en el sur de Italia, ocho correos a su esposa, de la que se estaba divorciando y con la que no convivía desde agosto de 2010. Así lo explicó ayer el portavoz de la policía del cantón de Vaud, Jean-Christophe Sauterel, donde residía la familia.
Las siete primeras cartas tenían dinero. "El último sobre, fechado el 3 de febrero, contenía una carta en la que el padre declara haber matado a sus dos hijas y dice que se encuentra en Cerignola, donde va a suicidarse", relató el portavoz policial.
La desaparición se remonta al pasado domingo 30 de enero. Matthias Schepp, ingeniero de 43 años y residente del pueblo de Saint Sulpice, a orillas del lago Leman (cantón de Vaud), había pasado el fin de semana con sus dos hijas y debía devolverlas a la madre.
Pero huyó con las criaturas en dirección a Francia. Al día siguiente mandó desde Marsella una postal a su expareja diciéndole que no podía vivir sin ella. La carta aporta un elemento más al relato que se va desprendiendo de la investigación y que apunta a una escapada funesta, planeada fríamente. A esto se suma que, unos días antes de la desaparición, el ingeniero consultó en Internet los horarios del transbordador entre Marsella y Córcega, según pudieron examinar los investigadores en su ordenador del trabajo.
Pero, sobre todo, Schepp estuvo buscando informaciones sobre suicidios, distintos métodos de envenenamiento y armas de fuego. "Resulta muy, muy preocupante" y apunta a una "terrible premeditación", explicó el tío de las niñas, Valerio Lucidi.
Los últimos elementos de la investigación sitúan a las niñas acompañadas por su padre a bordo del transbordador Scandola, que partió el lunes 31 desde Marsella y llegó el martes 1 a Propriano, una ciudad balnearia del suroeste de Córcega. Un primer testigo afirmó haber visto a las dos pequeñas en el barco, detalló que una de ellas llevaba gafas y la otra una camiseta.
Otra pasajera que ocupaba la cabina vecina a los tres oyó a una de las niñas llorar y luego vio a las gemelas jugando en la zona de recreo. A la llegada del barco, se les pierde el rastro.
El mismo martes por la tarde, el padre tomó otro barco, esta vez entre la ciudad de Bastia, en la otra punta de la isla, y Toulon, en el sur de Francia. Pero este trayecto lo realizó ya sin las pequeñas. Según la policía italiana, el padre cruzó en coche y solo la frontera italiana.
El siguiente testimonio de peso le sitúa comiendo solo en Nápoles, el jueves 3. Ese mismo día por la noche se tiró a las vías del tren en la población de Cerignola, a unos 200 kilómetros de donde estuvo almorzando. La policía encontró su vehículo cerca de la estación.
"Una hipótesis es que las haya tirado por la borda durante la travesía entre Marsella y Propriano", explicó el miércoles el fiscal de la República en Marsella, Jacques Dallest. Este escenario parece, sin embargo, alejarse, según indicó Sauterel. "Tenemos cada vez más elementos que muestran la presencia en el suelo corso de las gemelas", dijo. La búsqueda en el terreno se centra en la isla de Córcega, en particular en las ciudades que la familia recorrió durante un viaje en velero que realizó en 2008, añadió.
La madre ha hecho un llamamiento en las televisiones francesas, suizas e italianas, pidiendo a cualquiera que tenga información que se pongan cuanto antes en contacto con la policía. La familia ha creado también un grupo en Facebook pidiendo testimonios.
Interpol ha lanzado un aviso internacional, en el que detalla que, "en el momento de su desaparición, Livia llevaba una camiseta verde, unos vaqueros, una chaqueta de esquí violeta y unas deportivas Adidas, y Alessia una camiseta de rayas rojas y blancas, vaqueros, chaqueta marrón y zapatos negros".
Las dos niñas son rubias y miden 1,15 metros, añade la nota, y da el siguiente teléfono de contacto: 0041216448231.
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