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Columna
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'Goodbye' NaBai

Entre todos la mataron y ella sola se murió. Resulta difícil encontrar un único responsable de la crisis política a la que se enfrenta Nafarroa Bai y que puede materializarse en la salida de EA de la coalición, tras reiterar esta formación la vigencia de su acuerdo estratégico Lortu Arte, alcanzado con Batasuna.

Como recordaban este pasado fin de semana desde Batzarre, partido fundador de NaBai que decidió hace unos meses desligarse de esta iniciativa, si finalmente sólo Aralar, el PNV y ciertos independientes se mantuviesen dentro de la estructura original, la representatividad de las siglas surgidas en 2004 diferiría enormemente respecto a anteriores citas con las urnas.

La mitosis en los grupos políticos es una práctica muy extendida, que en la historia reciente de Euskal Herria se ha manifestado con especial virulencia. Del PNV nació EA y de ésta Hamaikabat. De la antigua HB surgió Aralar. Del PP, Unidad Alavesa. Una escisión en UPN supuso la aparición de CDN. Alternatiba procede de Ezker Batua. En fin, la lista es larguísima, por lo que el nuevo episodio de NaBai entroncaría en nuestra facilidad, quizá genética, para la discordia.

Durante los últimos siete años, las discrepancias entre los fundadores de la coalición han salido a la luz con más frecuencia de lo deseable en una fuerza electoral que fue recibida con enorme ilusión en los sectores vasquistas y progresistas de Navarra, hasta consolidarse como segunda opción más votada en las autonómicas de 2007. Visto desde fuera, da la impresión de que tanto Aralar como EA se veían en su fuero interno como los principales artífices del éxito y miraban con cierta desconfianza al resto de sus socios.

Ahora, en el nuevo escenario que se dibuja tras el previsible y deseado final de ETA, EA es partidaria de que la renovada izquierda abertzale también pueda incorporarse a NaBai. En el PNV y Aralar las acusaciones de traición y la presión sufrida estos años desde ámbitos cercanos a la antigua Batasuna han creado heridas aún no cicatrizadas de cara a nuevas admisiones.

Precisamente, la marca que sustituirá a Batasuna presentó ayer sus estatutos. Si, como parece, se ajustan a la legalidad, sería difícil de entender que se abra ahora una "cuarentena democrática" de la que se libraron otras formaciones que podrían resultar sospechosas de connivencia con el régimen anterior, de relaciones con la guerra sucia o que han protagonizado diversos episodios de corrupción. Una hipotética alianza entre EA y la nueva izquierda abertzale se encontraría en Navarra con serias opciones de disputar a NaBai la primacía del voto vasquista. Ahora bien, probablemente ambos sectores quedarían muy por detrás de UPN, a pesar de su desgaste tras la ruptura con el PP. NaBai se resquebraja. Sin duda una excelente noticia para quienes desean perpetuar el prolongado alejamiento entre Euskadi y el Viejo Reyno.

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