Todos los caminos llevan al clásico

Como en el fútbol, en el baloncesto español también todos los caminos conducen al clásico. El parón liguero para abrir hueco esta semana a la siempre apasionante Copa del Rey llega cuando el Real Madrid y el Regal Barcelona intensifican su dominio con una autoridad propia de épocas pretéritas. Ambos ganaron. Con algún apuro el Madrid ante el Bizkaia Bilbao (76-72) y con solvencia el Barça ante el Power Valencia (85-67). A pesar del mando azulgrana en el último recuento clasicómano -10 victorias en sus últimos 11 enfrentamientos-, el Madrid ha mejorado sus prestaciones y persevera en una carrera liguera de momento igualada: 17 triunfos para cada uno.

La sorpresa es que el Caja Laboral ha perdido fuelle porque acumula tres derrotas en sus últimos cuatro partidos, más que por su tropiezo (70-68) en una pista como la del Gran Canaria, en la que ya cayó el Madrid y suelen pasarlas canutas todos los grandes. Dusko Ivanovic debe de estar que trina por el flojo rendimiento de algunos de los jugadores clave de su equipo, caso de Marcelinho Huertas, Teletovic o Barac, que no encontraron respuesta al mejor cañonero de la Liga, Jaycee Carroll, autor de 26 puntos, en un partido en el que destacó Xavi Rey, con 13 puntos y seis rebotes.

El Caja Laboral, batido por el Gran Canaria, está ya a cinco triunfos del Barça y el Madrid

El Caja Laboral no parece en disposición de repetir la sorpresa y romper la bipolaridad como hizo en la última Liga. Le separan ya nada menos que cinco victorias del Barça y el Madrid, las mismas que del Valencia. El equipo de Pesic planteó una interesante batalla en el Palau Blaugrana cargando el juego a toda costa bajo el aro, pero, cuando salieron a relucir las escopetas del Barça, se acabó lo que se daba. Ingles, con 18 puntos y cuatro asistencias, se desquitó de su última y preocupante mala racha. Navarro brilló como casi siempre: 17 puntos. Y Ricky Rubio animó sus horribles porcentajes a lo largo de esta temporada -38% en tiros de dos y 24% en triples- con un triplazo desde la mitad de la cancha que cerró la primera parte.

A la consistencia y las rachas de excelencia del Barça, el Madrid contesta con la efectividad de su juego y su racha de 10 victorias consecutivas entre la Liga y la Euroliga y 18 triunfos seguidos ya como local. El dato es especialmente interesante si se tiene en cuenta que la Copa se disputará a partir del próximo jueves en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.

Más allá del escenario, el equipo de Ettore Messina llega al compromiso con un par de jugadores especialmente inspirados: Carlos Suárez y su nueva perla, Nikola Mirotic. Por supuesto, la Copa es una competición en la que nada puede darse por descontado y al Madrid le espera en el primer peaje el Gran Canaria. Al Barcelona le aguarda el DKV Joventut, un equipo que apechuga con un montón de inconvenientes, desde las dificultades económicas que atraviesa hasta las lesiones que le asuelan y que han dejado fuera a dos de sus mejores jugadores, English y Norel. El Asefa Estudiantes, con Ellis, Granger y Sergio Sánchez como destacados, aprovechó la coyuntura para vencer en Badalona (86-95).

El que llega a Madrid con el indiscutible papel de equipo revelación es el Blancos de Rueda Valladolid. Venció al Manresa (90-64) y, con una colección de jugadores sin excesivo nombre, pero de notable rendimiento, como los argentinos Van Lacke, Stanic y Diego García o los estadounidenses Slaughter, Robinson y Barnes, se ha alzado a la tercera plaza. Una auténtica proeza para un equipo que hace un año y medio estaba en la Leb Oro. En la Copa se medirá al Valencia.

El cuadro del torneo determina que el Barça y el Madrid solo puedan enfrentarse en la final. Ya lo hicieron la pasada temporada con un resultado demoledor: 80-61. Para el Barça, el reto será repetir el título, algo que nadie consigue desde que él mismo venciera en 1987 y 1988. Para el Madrid, el reto es doble: romper su racha de derrotas en el clásico y volver a poner su nombre en un trofeo que no gana desde 1993, cuando se impuso en la final al Joventut. Desde entonces ha disputado cuatro finales más y las cuatro las ha perdido, tres de ellas, en 2001 y 2007 en Málaga y en 2010 en Bilbao, ante el Barça.