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Reportaje:

Egipto no quita el sueño

La exposición de las empresas españolas al país árabe es pequeña, pese al crecimiento de su población

Si las grandes empresas españolas presentes en Egipto -Gas Natural, Cepsa, Iberdrola, Sol Meliá o FCC- suben o bajan en Bolsa no se debe, por cierto, a las revueltas en el país. Al margen de la repatriación de algunos trabajadores de Gas Natural o FCC y del posible cierre temporal de uno o dos hoteles de Sol Meliá, poco más hay que decir. La razón es sencilla: la escasa exposición de estas empresas al mercado egipcio y, en general, a toda la zona del Mediterráneo oriental árabe. Aun cuando a la región se la podría calificar de emergente, ya que ha vivido un boom en los últimos 10 años, este no ha sido suficiente para atraer el interés de las empresas españolas, que disponen de oportunidades más lucrativas y más seguras en EE UU, Europa del Este, Latinoamérica o Asia-Pacífico.

Gas Natural opera en Damietta desde 2005 una planta de licuefacción de gas
Repsol, que estaba en exploración, vendió hace años sus activos egipcios
Hay más interés por las economías del golfo Pérsico que por Egipto
FCC Y Urbaser (ACS) tuvieron algunos problemas con los trabajadores en 2006

La empresa posiblemente más expuesta es Gas Natural, que opera desde 2005 una planta de licuefacción de gas en Damietta destinado al mercado español y promovida en su día por Unión Fenosa. Cepsa, que tiene desde 2007 contratos de exploración en dos bloques en la zona occidental del Sáhara egipcio, South Alamein y North Bahrein, en asociación con otras empresas como la italiana ENI, aún no ha empezado a sacar resultados de la prospección. Y esto es todo. Repsol, que estaba en exploración, vendió hace años sus activos en el país. Tampoco hay interés visible en generación y distribución de energía, donde el país necesita inversiones billonarias. Iberdrola sí ha acudido, pero a través de su filial de ingeniería (en alianza con Mitsui), que ha construido una planta destinada a su explotación por una utility local. El proyecto, por valor de 150 millones de euros y a punto de ser entregado, fue un auténtico hito mundial: la planta, situada en Kuraymat, a 50 kilómetros de El Cairo, es la primera central híbrida gas-solar del mundo.

Cabría esperar también mayor presencia en el turismo. Egipto, que se ha convertido en uno de los principales receptores del Mediterráneo y recibió 15 millones de turistas en el año pasado que dejaron 9.000 millones de euros, "recibe cada vez más turistas españoles", subraya Miguel Garrido, director general de la Cámara de Comercio de Madrid. Pese a ello, se anotan solo tres empresas, y con poca exposición: Sol Meliá, con cuatro unidades; Barceló, con una, y Partner, con cinco. Y la mayor parte de estos hoteles, casi todos ellos resorts vacacionales en la costa del mar Rojo (Sharm El Sheikh), en gestión o alquiler. En Barceló, con un gran hotel en el centro de El Cairo, sí afirman estar interesados en crecer en el país, que creen interesante. "Lo que ocurre", dice un portavoz, "es que los activos que nos han enseñado no eran interesantes".

Tampoco ha habido interés por los proyectos de privatización y de infraestructuras puestos en marcha a partir de 2004. Ningún banco español acudió a las privatizaciones locales o se ha instalado ahí. Sí lo han hecho entidades como HSBC, Citi o Société Générale. Lo mismo que llama la atención la ausencia de las constructoras. FCC está presente únicamente a través de su filial Aqualia, que está poniendo a punto estos días la planta de depuración de aguas New Cairo: un proyecto por valor de 360 millones de euros y a 20 años, construido, financiado y gestionado a medias con la egipcia Orascom, un gran conglomerado local. También este proyecto marcó un hito: fue el primer proyecto PPP adjudicado en Egipto.

La enorme población local -80,3 millones de habitantes- no ha incentivado una fuerte presencia de empresas de moda. Inditex, que entró en 2009, cuenta con 14 tiendas, poca cosa frente a las 108 de Arabia Saudí o las 53 de los Emiratos. Una presencia no directa, sino, según dicen en Inditex, "a través de franquiciados locales". El catálogo de grandes empresas se vería completado con Gamesa, con varios contratos de venta de aerogeneradores (casi 400), y de Cementos La Unión, que tiene una cementera en El Cairo. Sin embargo, pese a que las revueltas de estos días podrían llevar a pensar que estamos ante un Estado fallido, los expertos aseguran que Egipto ha vivido una época dorada, de alto crecimiento. Tanto que el país ha logrado salir bien parado de la crisis. "Su PIB creció el 5,1% en 2010 y el 4,7% en 2009, después de crecer al 7% antes de la crisis", dice Garrido. Sus niveles de déficit (7,8%) y deuda (73,7%) son también soportables.

Esta renuencia a actuar en Egipto no se debe tanto a la desconfianza como a la capacidad limitada de nuestras empresas, lo que las obliga a priorizar unas zonas sobre otras. De hecho, hasta el estallido de la revuelta contra Hosni Mubarak, la percepción de nuestros empresarios sobre el país era de estabilidad. "Nunca se nos pasó por la cabeza", apunta Miguel Garrido, "que pudiera darse una revuelta como la de estos días". También se apunta que el proceso de liberalización iniciado en 2004 por el primer ministro Ahmed Nazif (destituido en enero), y que pasó por la simplificación y reducción arancelaria y fiscal, la reforma del sistema financiero y un programa de privatizaciones, logró abrir el país, al que ahora se considera business friendly. "Se ha abierto mucho en los últimos años", certifica Balbino Prieto, presidente del Club de Exportadores. "Cada vez recibimos más delegaciones egipcias".

Si bien no hay que obviar los riesgos. Ahí están algunos atentados contra hoteles. O los percances sufridos por FCC y Urbaser (ACS) en 2006 cuando despidieron a los trabajadores locales por cierre de actividad y se encontraron con auténticos motines. Además, pese a la citada fortaleza frente a la crisis, varias de las partidas de ingresos se han visto afectadas. Según la oficina comercial española en El Cairo, las exportaciones de crudo y gas (la primera partida) cayeron el 25% en los dos últimos años. Esto a par con una caída del turismo del 3% en 2009 y de la facturación del canal de Suez del 9% en el mismo año.

La clave es el mayor interés por otras regiones o países. Egipto no figura entre los destinos clave de nuestras empresas, lo que explica la escasa inversión directa española en el país, que no superó los 36,5 millones de euros en 2009. Por ejemplo, Gas Natural no tiene proyectos de ampliación. Además de Latinoamérica, sus prioridades en Europa están en Italia y posiblemente en Turquía. "El negocio generado por la planta de Damietta", explican en la compañía, "representa menos del 1% del Ebitda". En Iberdrola aducen a su vez que "Egipto y la zona es un mercado muy residual. Nuestra estrategia está enfocada al Atlántico, Reino Unido, EE UU, Latinoamérica". Lo mismo dicen en Barceló. Pese a considerar que estos países van a ser una zona de expansión para los mercados de emisión europeos, en la empresa asumen que sus prioridades son el Caribe, EE UU y Europa".

Pero tampoco Egipto figura entre las prioridades en la zona. Nuestros empresarios han mostrado más interés por los países del Golfo, "mucho más florecientes e interesantes", asegura Miguel Garrido. "En moda", dicen en Inditex, "consideramos que los países del Golfo arrojan mejores perspectivas que Egipto. Todas las grandes marcas están ahí, y creciendo con fuerza". Luego, además de que Arabia Saudí tiene una economía el doble de la egipcia (379.000 contra 188.000 millones de dólares), los diferenciales de renta per cápita son apabullantes. Frente a los 14.871 dólares de Arabia Saudí o los 46.500 de los Emiratos, nos encontramos con solo... 2.450 en Egipto, menos que en Marruecos. Pese a sus 80,3 millones de habitantes, solo unos 15 millones estarían englobados en la economía de mercado. Según la oficina comercial española en El Cairo, los ingresos medios de un ciudadano egipcio no superan los 63 euros al mes.

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