Els Amics de les Arts son muchos

Entrevistar a los cuatro miembros de Els Amics de les Arts es enfrentarse a un póquer de amigos que se hacen preguntas y se las contestan con exquisitez. Porque dicen cosas como esta: "El éxito te hace consciente del día a día, de valorarlo, mejor que esto nos haya cogido a los 30 y no a los 20". Son Ferran Piqué, Dani Alegret, Joan Enric Barceló y Eduard Costa, de entre 28 y 33 años, que han vendido casi 20.000 unidades de su primer elepé, Bed & breakfast. Funcionan desde 2005 y han crecido con el boca a oreja y su actividad en Internet. En el último año y medio, 115 conciertos. Uno de ellos, el que ofrecieron en las últimas fiestas de la Mercè de Barcelona, que colapsó los accesos a la fábrica Damm. Fue un éxito total, como lo es haber agotado las entradas para el concierto de hoy en el Palau de la Música a las pocas horas de ponerlas a la venta. Ante la demanda, la organización promovió un segundo concierto: agotadas las entradas en 12 horas. No hay tercero por fechas.

'Bed & breakfast' ha vendido casi 20.000 unidades y es el 44º en Spotify

Se lo toman con templanza. Dani admite que "no tener que sufrir por si habrá conciertos es un gran privilegio". Y Ferran recuerda que no siempre fue así, de radio en radio y saliendo por la tele, ya que han llegado a tocar "en centros cívicos para las novias y para cuatro abuelas", y se lo han pasado bien. Joan Enric rememora: "Un día, en Terrassa, en que se cobraba según la taquilla, ¡se vendieron tres entradas! Les devolvimos el dinero, pero dimos el concierto". Ferran ahonda en la nostalgia de su época anónima: "En Rasquera, en la Ribera d'Ebre, actuamos en un bar en el que nos habían seducido para ir con la promesa de un estofado de conejo. Llegamos, no había conejo y se oía más el futbolín que a nosotros". Cosas de la carretera, que admiten que les encanta.

Bed & breakfast está entre los 100 más escuchados en España en la popular página de descargas musicales Spotify, en el peldaño 44. Manel, por ejemplo, se encarama al 26. Además, han recibido multitud de premios en el ámbito catalán, incluso uno que destaca una canción por su letra: Reykjavik. ¿Son tan buenos? Se miran y no contestan. Rechazan la pregunta trampa humildemente y bromean sobre sus fallos. Joan Enric toma la palabra y subraya: "Para crear generamos caos". Más gráfico, Dani dice: "Trabajamos en capas, haciendo muchas cosas diferentes. Todo está muy cuidado, desde el sonido hasta el show".

Empezaron en un piso de estudiantes de la calle de Muntaner y viajaban y se movían; no siempre coincidían. ¿Cómo componen? Pues, signo de los tiempos, "con un Google Docs"; concretamente, "abriendo y añadiendo cosas en documentos compartidos" en Internet. "Una frase, una melodía...", indica Joan Enric. ¿Y ya está? Respuesta coral: "Todo está dicho, solo buscamos nuevas formas de decirlo".

El futuro parece claro. Joan Enric desvela: "Cuando termine la gira, a partir de un mes, ya pondremos canciones sobre la mesa". Les va la marcha. Ferran reconoce que "los conciertos son como una droga" y Dani añade: "Cuando hay épocas en las que se toca menos, me invade la tristeza".

Él mismo contesta raudo cuando se analiza el porqué del buen momento de la música en catalán: "No sé, pero no es porque las letras sean en catalán". "Tampoco sabría ver en este panorama una etiqueta que englobe a Mishima, Sanjosex y Mazoni", subraya.