Mubarak sacrifica su Gobierno acorralado por la revuelta
El presidente egipcio se aferra al poder y anuncia reformas - Al menos 20 muertos y más de 1.000 heridos en las manifestaciones - Un apagón informativo sin precedentes inutiliza móviles e Internet
Egipto se tambalea. Treinta años de régimen dictatorial y estado de excepción se vieron anoche al borde del colapso tras una oleada de protestas que ni la brutalidad policial ni los tanques ni el apagón de internet y los móviles lograron frenar. Con al menos 29 muertos y más de 1.000 heridos en las calles, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en un intento desesperado de aplacar la revuelta, anunció por la noche en televisión que reemplazaba a su Gobierno. En su mensaje, se declaró "consciente de las demandas de reformas políticas, sociales y económicas que han llevado a los ciudadanos a salir a la calle", pero insistió en la necesidad de mantener la seguridad. "Hay una línea muy estrecha entre la libertad y el caos", afirmó dando a entender que seguía aferrado al poder y dispuesto a luchar por él.
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