Banco de Valencia cae un 3,6% por las exigencias de capital

Las dudas de los inversores sobre el alcance de la reforma financiera de las cajas de ahorro que anunció el lunes Elena Salgado, la vicepresidenta económica del Gobierno, arrastró ayer un 3,6% a la baja las acciones del Banco de Valencia, participado en un 38% por Bancaja. El Banco de Valencia es una de las entidades que requieren una entrada de capital para alcanzar el próximo septiembre el nuevo capital básico mínimo exigido del 8% de sus activos ponderados por riesgo. Según datos del pasado septiembre, el core capital del Banco de Valencia alcanzaba el 7,11%.

No fue la única entidad cotizada que sufrió el castigo de los mercados. Las acciones del Santander cayeron un 3,13% y las del BBVA un 2,92%, pese a que ambas entidades superan el 8% de los activos ponderados por riesgo. Un portavoz del Banco de Valencia aseguró que "no hará falta un gran desembolso" para cumplir las nuevas exigencias planteadas por el Gobierno. Otra cosa es la situación del nuevo banco en el que participa Bancaja.La nueva entidad surgida de la fusión que lideran Caja Madrid y Bancaja resulta ser una de las entidades que más fondos necesitan para alcanzar el nuevo equilibrio que exige el Gobierno central para tranquilizar a los mercados. Al cierre de 2009, el core capital estimado para el conjunto del grupo alcanzaba el 6,9%. La dimensión del nuevo banco hace que elevar un punto el capital ponderado por activos de riesgo exija una inyección en torno a los 3.500 millones de euros, según las primeras estimaciones.

Bancaja anuncia que emitirá hasta 15.000 millones de euros de deuda

Bancaja ya ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que prevé emitir hasta un máximo de 15.000 millones de deuda en forma de obligaciones, bonos, cédulas hipotecarias y deuda subordinada, entre otros valores. Las emisiones podrán dirigirse al público en general o a inversores cualificados, tanto nacionales como extranjeros, en función de las características especiales de cada una, según recoge el folleto base registrado por la entidad.

Las emisiones contarán con la garantía solidaria de todas las cajas de ahorros que están integradas en el Sistema Institucional de Protección (SIP) que lidera Caja Madrid.

El anuncio no implica que la emisión vaya a agotarse, ni prejuzga la cantidad que pueda efectivamente emitirse.

Caja Madrid registró un folleto similar en diciembre en el que anunciaba un tope de emisiones de 30.000 millones de euros.

El Gobierno intenta anticipar las exigencias que el sistema bancario europeo impondrá a todas las entidades en 2013 para aplacar a los mercados financieros. Pero las primeras sensaciones afloran la debilidad de la mayor fusión de cajas.

Jorge Alarte, secretario general del PSPV, se apresuró a preguntar "qué ha hecho el PP en los últimos 15 años" para llevar a las dos grandes cajas valencianas a la situación actual.

Los datos sobre la solvencia de la Caja del Mediterráneo se desconocen, pero el hecho es que la caja alicantina se ha implicado en una fusión fría en la que comparte peso con Cajastur, formalmente mucho más pequeña.

"La transferencia de los activos de Bancaja ha dado lugar a nuevas noticias y problemas que hay que afrontar para el saneamiento de las cajas", dijo Alarte. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat invitó a Camps a explicar a qué "aventuras" ha abocado a las cajas valencianas para llegar a este escenario y a que asuma las responsabilidades políticas correspondientes.

Vicente Rambla, vicepresidente primero y consejero de Industria, negó la evidencia y aseguró que los procesos de integración de las cajas de ahorro valencianas con otras cajas "han robustecido a estas entidades, que tienen una solvencia más que acreditada". Rambla cargó contra la indefinición del Gobierno, cuyas "improvisaciones" en materia económica, dijo, "no contribuyen en nada a generar tranquilidad y confianza".

Como resultado de su proceso de integración, Cajastur y CAM anunciaron el cierre inminente de 60 sucursales sin precisar ni su ubicación ni los plazos.