Los imputados y el sector que lidera Egibar imponen sus tiempos al EBB
La mayoría de Urkullu acoge con frialdad la tardía renuncia de los tres carnés
Los imputados y el sector del partido al que pertenecen, el liderado por Joseba Egibar, han impuesto sus tiempos a la mayoría del PNV. Quedan detrás una espera demasiado larga, tensiones y heridas hondas. Los 161 días de resistencia, desobediencia en la práctica, por parte de los imputados en Álava, a la petición del presidente de su partido, Iñigo Urkullu, de entregar sus carnés del PNV, han llevado a una reacción de extrema frialdad cuando tres de ellos lo hicieron, por fin, el sábado. Los demás siguen en sus filas, entre ellos los que desde sus altos cargos del Gobierno facilitaron presuntamente las irregularidades.
Las graves acusaciones de cohecho, blanqueo de capitales, tráfico de influencias, malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental, alteración de precios en concursos y subastas públicas y espionaje han causado un daño grande ya al partido, teme el PNV.
Erkoreka pide que el jefe del CNI aclare en el Congreso si se espió a Ibarretxe
Fuentes oficiales aseguran desconocer el motivo por el que ahora han cedido los emplazados por Urkullu desde julio. Ese desconocimiento permite pensar que la decisión final se haya cocinado solo en el seno de la corriente soberanista liderada por Joseba Egibar, de cuya intervención el viernes dio cuenta este periódico. A la inversa, podría colegirse que este mismo dirigente haya servido hasta ahora de escudo a los desobedientes.
Tras entrevistarse el viernes Egibar con, al menos, De Miguel, los tres imputados eligieron la tarde-noche del sábado para hacer pública su decisión, de la que en el EBB, aseguran, se enteraron por los despachos de agencia. La adobaron además y en una agria crítica a la ejecutiva por no haberles defendido. No parece que se trate precisamente de un cierre de hostilidades. Peor habría sido que siguieran aferrados a su condición de afiliados, pero el daño, estima la mayoría, ya está hecho. Esas fuentes lamentan que no hayan sabido poner el interés del partido, marchándose en el primer momento, por encima del suyo propio por usar sus filas como cobertura. Ahora, la renuncia está ya recuperada por sus contrincantes políticos. La entrega de los carnés "ha llegado muy tarde", dijo ayer Pastor, lo que ha puesto, añadió, "muy en cuestión el liderazgo de Urkullu". Pastor se preguntó si no ha sido más decisivo Egibar. Mientras, el PNV busca en el supuesto espionaje a Ibarretxe una línea de contraataque. Hará comparecer en el Congreso al director del CNI para que aclare si ocurrió. Urkullu acusó ayer tanto a Pastor como al consejero de Interior, Rodolfo Ares, de estar "dando cobertura" al caso, cuando, a su entender, "se mofan de esa situación".
Jon Uriarte declara hoy
El director de la Ertzaintza hasta la llegada del nuevo Gobierno, Jon Uriarte, está citado hoy en la comisión parlamentaria de investigación. Será la ultima declaración sobre el presunto espionaje. En este caso, la comisión no ha considerado preciso llamar al consejero, Javier Balza, algo que sí hizo en el caso de la máxima responsable de Cultura, Miren Azkarate. Uriarte no está imputado ni ha sido llamado, que se sepa, a declarar en el juzgado. La comisión quiere su testimonio como máximo responsable de la policía vasca durante los años en que supuestamente se espió a personalidades de la oposición y empresarios por miembros de la UIA. En ella estaban destinados dos imputados y también un hermano de Uriarte y otro del presidente del ABB, cuyo segundo en la ejecutiva del PNV, Aitor Tellería, recibía los informes. La comisión pidió también los contratos del Gobierno con la empresa PCI, que fichó a Uriarte tras ser relevado del cargo.
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