Salt clama en silencio por la convivencia
3.000 personas se manifiestan por la paz tras una noche en la que fueron incendiados otros dos coches
El peto amarillo distingue a Doc Badjy, de 34 años. Camina junto a unos cuantos compatriotas de Senegal en la marcha silenciosa en Salt (Girona) por la paz en el municipio. Doc es uno de los 50 voluntarios que velan para que todo salga bien. El pueblo está en el punto de mira: la manifestación tiene que ir como una seda después de que hayan ardido 14 vehículos y 10 contenedores durante la semana en la localidad, los dos últimos coches en la madrugada de ayer. "Hoy estamos todos unidos y eso hará que salga bien", predice. Sus colegas asienten en el camino, mientras sujetan una pancarta casera en la que se puede leer el lema de la marcha: Queremos vivir en Salt en paz y bien.
Doc acertó. Más de 3.000 personas, según cálculos policiales y de este periódico, recorrieron ayer al mediodía el centro de la ciudad. En la hora que duró la marcha multicultural y multicolor no hubo enfrentamientos. Solo algún rifirrafe insignificante con un grupo de jóvenes de la extrema derecha, a los que una treintena de Mossos d'Esquadra vestidos de paisano no quitaban ojo. Las entidades convocantes (unas 200) y la alcaldesa, Iolanda Pineda (PSC), aplaudieron el resultado, que coronaron los castellers Els Marrecs con una pequeña torre humana.
"Cosa de niños"
Nacionales e inmigrantes caminaron juntos. "El jaleo ha sido una cosa de niños", arguyó sonriente Abdelahak Barighach, de 25 años, sobre los actos vandálicos. El viernes de la semana pasada una manifestación espontánea por el accidente de un menor marroquí de 16 años que cayó de un quinto piso cuando huía de la policía (el chico murió 12 días después) degeneró en la quema de nueve contenedores. Los Mossos d'Esquadra detuvieron a dos menores de 16 años y a un adulto de 23, todos con múltiples antecedentes policiales. Al día siguiente fueron incendiados cinco coches y siete motocicletas.
A partir de ahí, la policía blindó la ciudad para evitar más incidentes. El miércoles detuvieron a un hombre de 33 años relacionado con la extrema derecha y vecino de Salt por quemar un contenedor. Ayer tres menores, de 16 años, fueron acusados de quemar dos coches y una papelera.
"Vine con mi familia hace nueve años, cuando en Salt no había problemas. Ahora no hubiéramos venido", siguió Abdelahak. A dos pasos, F. C., funcionario de 49 años, pidió mano dura con los delincuentes: "Salt no debe ser un gueto". Los convocantes pedían más: inversión en educación, atención a las personas con riesgo de exclusión, seguridad y unidad política.
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