La seducción de un alcalde eterno

Enrique Tierno Galván volvió a presidir el Ayuntamiento de Madrid por un día. El alcalde eterno, patrimonio de todos los madrileños, recibió ayer un homenaje en el 25º aniversario de su fallecimiento. Su figura se ha incrustado en la memoria de Madrid. Es historia de la ciudad. Llevó el color de la libertad a una época de grises. Si Tierno hubiera estado presente ayer en el nuevo Consistorio apenas lo reconocería. La vida municipal se ha trasladado de la dieciochesca Casa de la Villa, donde pronunciaba sus aclamados bandos, al renovado Palacio de Cibeles. Madrid se ha transformado. La seducción del alcalde eterno se propagó ayer por la galería de cristales de Cibeles, donde Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid; Ángel Gabilondo, ministro de Educación; José Bono, presidente del Congreso; Antonio Rovira, catedrático de la Autónoma responsable de recopilar su obra; y, su hijo, Enrique Tierno Pérez-Relaño, lo recordaron no solo como alcalde insigne, sino también como político y hombre ilustrado, intelectual autor de innumerables artículos.

Fue expulsado del PSOE por poco marxista. Firmó el acta Miguel Boyer

"Vio sin ser vidente, ni visionario", resumió el ministro de Educación

El homenaje sirvió, también, para presentar sus obras completas. De su legado nacieron las reflexiones que esbozaron su semblanza, aderezada por jugosas anécdotas. Como la introducida por Bono, quien recordó cómo Tierno le daba clase de política, junto a un pequeño grupo de compañeros marxistas, en un piso de la calle del Marqués de Cubas. Uno de los primeros días en que acudió a aquella casa le preguntó al viejo profesor, reconocido agnóstico, por un retrato de Juan XXIII colgado a la entrada. "Es por las personas de las que no me fío", recordó que le contestó. En el reverso del cuadro estaba la figura de Pablo Iglesias, fundador del PSOE.

Bono también desveló cómo Tierno fue expulsado del PSOE en 1965 por no ser "suficientemente marxista". El acta, señaló el dirigente socialista, "estaba firmada por Miguel Boyer".

Gallardón resaltó "la pasión intelectual de Tierno". El actual alcalde quiso traerlo al presente. Y se planteó: "¿Cómo se desenvolvería el viejo profesor en la política actual, donde reina la mercadotecnia? ¿Qué hubiera hecho en este ambiente un intelectual que se arrancaba a hablar en latín si la ocasión lo requería, que promulgaba bandos en un jocosamente arcaizante lenguaje y que no renunciaba a la cultura tradicional?", se preguntaba ayer el alcalde de Madrid durante el acto homenaje a Enrique Tierno Galván. Allí, junto a otros insignes representantes del municipalismo madrileño, el regidor se contestó a sí mismo: "No hubiera modificado gran cosa su actitud, hubiera seguido pegado al rigor y la reflexión", dijo Gallardón.

Gabilondo desentrañó algunos recovecos de la personalidad de Tierno. "Es profesor porque hace ver. Se trata de ver sin ser vidente, ni ser visionario. Todo lo que escribió parece dicho al oído interno, al corazón. Todos sus textos han devenido en bandos, porque aquí lo importante son los vecinos". Pero el momento entrañable fue el recuerdo emotivo que le brindó su hijo. Coloreó una vida en una época en blanco y negro. Y rememoró el último viaje en avión de su padre. Iba a Bruselas y, en el avión, "se encontró a Pepe" (Bono). Este le preguntó dónde iba. "El caso es que no lo sé. Emprendo un largo viaje de incierto destino". Un mes después falleció. "Esa frase refleja su carácter de hombre de la ilustración". Su hijo concluyó con un pasaje de Julio César, de Shakespeare: "Su vida fue noble y de tal naturaleza que bien puede decirse a todo el mundo que este fue un buen hombre, this was a good man".