Rajoy suaviza a Aznar y defiende el Estado autonómico, pero con reformas

En casi todas las polémicas de los últimos meses, centradas en torno a los recortes, la austeridad y los planes de recuperación económica, o incluso el agua, Mariano Rajoy se encuentra con el mismo problema: es el líder de un partido nacional, el PP, con un discurso cada vez más centralista, pero a la vez, al estar en la oposición, tiene menos poder que sus barones autonómicos. Así que tiene que hacer equilibrios.

Rajoy no se puede permitir que sus barones vayan a las elecciones autonómicas de dentro de cuatro meses con un discurso del PP antiautonomista. Por eso ayer matizó mucho, casi desautorizó, las palabras de José María Aznar del viernes, cuando dijo que Estado de las autonomías "es inviable". Dolores de Cospedal dijo el lunes en Onda Cero que estaba de acuerdo con Aznar. Pero ese es un discurso para el electorado más españolista del PP, y Rajoy no puede ir tan lejos. Así que ayer se suavizó en el Senado.

"Yo creo en el Estado de las autonomías. Ha sido muy útil. Ha funcionado bien. Nosotros lo apoyamos. A partir de ahí hay que hacer reformas, sobre todo recuperar la ley de estabilidad presupuestaria también para las autonomías y garantizar la unidad de mercado". "No estoy para comentar frases", dijo sobre la de Aznar. "Son muchas las reformas que hay que hacer. No se puede gastar lo que no se tiene. Ahora, no me diga si es viable o no, yo tomo posición sobre las reformas".

¿Propone el PP que el Estado recupere algunas competencias cedidas a las autonomías?, se le preguntó. "Yo no planteo eso en este momento. Llevamos 30 años cediendo competencias del Estado y ahora creo que ha llegado el momento de la cooperación. Nada más". Rajoy, Aznar y Cospedal se repartieron así los discursos, y su efecto político: llega el mensaje deseado a todos los públicos.

Otra prueba evidente del delicado equilibrio de Rajoy se produjo ayer. Mientras Alberto Núñez Feijóo libra una batalla con Farmaindustria para reducir el gasto farmacéutico en Galicia forzando a los médicos a recetar más genéricos, Rajoy se reunió ayer con los responsables del lobby de las farmacéuticas y la nota oficial del PP no pudo ser más laudatoria para ellos. Farmaindustria dejó claro en su propia nota que le habían trasmitido a Rajoy su malestar con la actitud de Feijóo, pero el PP oficialmente no dijo nada sobre eso, como si no existiera. El gasto farmacéutico es un gran problema en todas las comunidades, también en las del PP. En Murcia, ahora en el centro de la polémica, los funcionarios exigen al presidente del PP, Ramón Luis Valcárcel, que antes de bajarles el sueldo reduzca el gasto farmacéutico implementando el uso de genéricos, muy limitado allí.