Gerenabarrena rebaja otra vez las críticas de Urkullu

Aunque arrastrado por la contundencia con la que se pronunció en los días anteriores el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, su jefe de filas en Álava, Iñaki Gerenabarrena, volvió ayer a rebajar el tono de las críticas ante los imputados en el caso de supuesto espionaje a personalidades alavesas. Urkullu tildó la presunta trama tanto el sábado como anteayer de "chapucera" y "asquerosa"; Gerenabarrena, centro de todas las miradas políticas, recurrió ayer varias veces a los condicionales para referirse a lo ocurrido: "Si ha existido, si ha existido, espionaje político, es deleznable". "Si eso ocurrió quien lo hizo estará fuera del partido", quien lo haya hecho, sostuvo, pero aplazando ese momento a la sentencia judicial que pueda recaer en la causa.

"También es vomitivo decir sin pruebas que se espió", asegura

Ares reclama que no se culpabilice a la Ertzaintza por un caso aislado

En su primera comparecencia tras levantarse el sumario del caso, en el que están de momento imputados el ex dirigente peneuvista alavés Aitor Tellería y dos agentes de la antigua Unidad de Información y Análisis (UIA) de la Ertzaintza, Gerenabarrena destacó que ha hablado con "fuentes" que han estudiado el sumario de cerca, de las que no dió más detalles. Estas le han garantizado, prosiguió, que "ni el PNV está siendo investigado ni se le está ligando con los dos casos", el de espionaje y el de corrupción conocido como caso De Miguel, que también ha afectado de lleno a su formación.

Aprovechó la ocasión para cargar contra el PP, supuestamente espiado en Álava por agentes de la UIA y que ha exigido dimisiones en la cúpula peneuvista provincial. "Si espiar es vomitivo, afirmar sin pruebas que se ha espiado y extorsionado también es vomitivo", sostuvo.

Gerenabarrena se esperaba también una pregunta sobre si Tellería era el encargado de confirmar y contrastar los "anónimos" que iban llegando al partido, como declaró ante el juez. Sacó entonces de debajo de la mesa un taco de escritos, la mayoría absurdos, antes de admitir que Tellería era una de las personas encargadas de contrastar su contenido cuando la cuestión parecía seria. "Aitor Tellería conocía bien los temas municipales; si alguna vez llegó información de este tipo era el encargado de verificar si era cierto", reconoció, para a renglón seguido afirmar que "ninguna información de este tipo es producto de una red de información" como la que la justicia está investigando tras descubrir varios documentos en poder de Tellería con anotacione srelativas a personalidades alavesas. "Todos los partidos" reciben información de este tipo, añadió.

Gerenabarrena admitió también que conocía a los dos ertzainas imputados, Carlos Lau y Jesús Acha, aunque recalcó que nunca hablaba con ellos de su labor policial. Eludió reconocer como un error el nombramiento de Tellería en el partido si termina siendo condenado por los hechos. "Digamos que no me haría mucha gracia", concluyó tras varios condicionales.

Mientras, el líder del PNV en Vizcaya, Andoni Ortuzar, mucho más rotundo, aseguró en Onda Cero que comparte las palabras de Urkullu sobre el presunto espionaje, negó que el partido sea ambiguo sobre la cuestión y señaló que es "una pena" que los imputados en ambas causas no hayan entregado el carné del partido como les ha solicitado repetidas veces la máxima dirección peneuvista. "Puede ser desgarrador, en un momento dado, tener que entregar el carné cuando peleas por tu inocencia", añadió, pero "hay que saber que por encima de tu posición personal está el nombre del partido".

El PNV sigue sin mover ficha para expulsar a los implicados, alegando que sus tribunales internos son muy garantistas.

El consejero de Interior, Rodolfo Ares, quiso pronunciarse ayer sobre el caso Tellería pidiendo "responsabilidad a todos" para evitar "que se culpabilice" a la Ertzaintza de un hecho aislado en el que solo hay dos agentes imputados. Al tiempo, quiso hacer público su "absoluto respaldo y máxima confianza en la profesionalidad del cuerpo y "de manera muy especial, en los miembros de la División Antiterrorista", la antigua UIA, informa Europa Press.

El consejero recordó que fue la propia policía autonómica la que comunicó los hechos a la Justicia y destacó que, si se confirman las sospechas, debe caer sobre los ertzainas encausados "todo el peso de la ley". La investigación ha generado algunas tensiones entre la Ertzaintza y el juzgado y la fiscalía.