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EL MAYOR JUICIO DE EUSKADI POR TRATO DE FAVOR FISCAL

Ibarra justifica con 'dinero negro' de su padre el aumento de su patrimonio

El acusado rechaza que se evitase inspeccionar a los contribuyentes de su lista

Juan Ramón Ibarra defendió ayer que no ha recibido ningún soborno y adujo que los 337.000 euros que percibió, según la Fiscalía por supuesto trato de favor a contribuyentes, proceden de un dinero negro que su padre guardaba en un armario, cantidad que, pese a ser el máximo responsable técnico de controlar el fraude fiscal en Vizcaya, nunca lo declaró a Hacienda.

La primera jornada del juicio en la Audiencia de Vizcaya contra el ex jefe de la Inspección Fiscal, el primero en Euskadi contra un cargo de estas características (el responsable de controlar que los contribuyentes paguen lo que les corresponde), sentó también en el banquillo a otros tres funcionarios de Hacienda por presunta colaboración. Ibarra, quien se enfrenta a una petición fiscal de 11 años de cárcel y una multa de más de 80.000 euros por los delitos de falsificación, prevaricación, infidelidad en la custodia de documentos, cohecho y desobediencia, se esforzó en explicar que el listado creado por él con casi 170 contribuyentes no servía para evitar ser inspeccionados como ha concluido la investigación judicial.

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Sin evidenciar el miedo escénico de la mayoría de los ciudadanos cuando se sientan en un banquillo de acusados, se mostró incluso retador ante la fiscal jefe de Vizcaya, Carmen Adán, a quien espetó: "No se podrá encontrar nunca evidencia alguna que por esto [el listado] se haya entorpecido alguna actuación [contra contribuyentes] por la vía de la gestión o la inspección". Llegó a ser amonestado por el presidente del tribunal, Juan Pablo González, por formular valoraciones y preguntas a la fiscal jefe. "Usted está aquí para responder o no declarar si quiere", le recordó.

Ibarra negó la acusación de la fiscalía de que el sistema informático creado con el listado de 170 contribuyentes, que bloqueba el acceso al mismo al resto de funcionarios de Hacienda, impidiera cualquier inspección sin la autorización del entonces máximo responsable de la Inspección Fiscal. "La única finalidad era informativa", sostuvo, para añadir que se buscaba evitar "descoordinaciones" en la labor en el departamento. Insistió varias veces en que la decisión de implantar este sistema fue "personal", que no la comunicó a sus superiores - "ninguno de los directores de Hacienda [sus únicos jefes, salvo el diputado foral] la conocían"-, pero que el sistema era conocido por "una gran parte" de los funcionarios de Hacienda. "A ese listado podía acceder cualquiera que tuviese ganas de mirar", abundó.

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El imputado, quien se refirió al caso varias veces como "el lío que me han montado", dijo que pretendía estar informado sobre lo que pasaba con esos contribuyentes, aunque no aclaró el criterio para que estuvieran en el listado.

- "¿Los incluyó en el listado por alguna documentación concreta", preguntó la fiscal jefe.

- "Es porque tengo una ocurrencia", respondió.

Como ejemplo para validar sus tesis, Ibarra dio los nombres de cinco contribuyentes del listado que sí fueron inspeccionados con posterioridad. La fiscalía, en cambio, incluye en su acusación a una veintena de empresas y personas a las que se archivaron las inspecciones iniciadas.

El supuesto soborno de 337.000 euros motivó una incisiva intervención de la fiscal sobre la procedencia del dinero. Ibarra relató que se lo dio su padre en billetes "a lo largo de cuatro o cinco años", porque lo tenía guardado en su casa, y que desconocía "de dónde lo sacó". "Tenía manía a los bancos", afirmó después. Agregó que se lo devolvió en 2003, tras pedir dos préstamos bancarios, "de una vez y en billetes de 500 euros. No dije nada a mi familia". La fiscal también insistió sobre la labor de Ibarra en una ONG, en la que era vicepresidente de finazas, trabajo por el que cobró y en el que realizó transacciones al extranjero.

Resultó llamativo el relato de su relación con el director de Hacienda entre 1999 y 2003, Javier Muguruza, quien le exigió en 2002 en una tensa reunión el borrado de la lista y explicaciones por ello. "Le pedía a Silvestre [un inspector también imputado] que me acompañara para no darle de hostias". Y definió a Muguruza como un "pésimo director" y, como persona, "un paranoico y un envidioso".

No hay otras acusaciones ya que la Diputación de Vizcaya se retiró en marzo pasado tras siete años en el proceso.

El ex subdirector de Inspección Fiscal de Vizcaya, Juan Ramón Ibarra, poco antes de iniciarse el juicio ayer en la Audiencia vizcaína.
El ex subdirector de Inspección Fiscal de Vizcaya, Juan Ramón Ibarra, poco antes de iniciarse el juicio ayer en la Audiencia vizcaína.TXETXU BERRUEZO

Bilbao y Bergara, citados a testificar

El juicio se inició ayer con casi dos horas de retraso tras las cuestiones previas de las defensas, que pidieron por lo que consideraban un defecto forma la nulidad de toda la investigación de la Fiscalía Anticorrupción, que inició en 2003 las pesquisas. Estas pasaron un año después a la Fiscalía vasca. El tribunal lo rechazó y solo aceptó la declaración de dos nuevos testigos, de relevancia pública: el actual diputado general, José Luis Bilbao, y su antecesor, Josu Bergara.

La Sala fundamentó su decisión para que expliquen las decisiones tomadas desde que se destapó el caso y especialmente los motivos por los que la Diputación, tras siete años de diligencias, decidió en marzo pasado renunciar a su personación como acusación particular.

La expectación ante la vista fue grande. Además de la esperada presencia de medios de comunicación, medio centenar de funcionarios de Hacienda acudieron en apoyo de los acusados. "Hubieran venido más, pero son testigos y no pueden acudir hasta que declaren", señaló una inspectora. Ibarra estuvo arropado por su familia, con sus tres hijos situados en las primeras filas tras el banquillo, sin aparentes muestras de nerviosismo.

El retraso en el comienzo de la vista obligará a que hoy continúe la declaración de Ibarra con las preguntas de su abogado defensor. Luego llegará el turno de los testimonios de los otros tres imputados: el ex inspector José Luis Silvestre, ya jubilado dado el tiempo que lleva la causa tramitándose; el subinspector Joaquín Tebar y la jefa de Documentación Valvanera Canal, quienes siguen trabajando en Hacienda. Los tres se enfrentan a ocho años de prisión por su supuesta colaboración en la trama.

Frases del acusado

- "No podréis encontrar nunca evidencia alguna de que por esto se haya entorpecido alguna actuación [contra contribuyentes] por vía de gestión o de inspección".

- "La lista [con casi 170 contribuyentes] se apunta en un soporte informático. La traba en un sistema de aviso para mí (....) Lo impulso yo tras una reflexión colegiada (...) La única finalidad era informativa (...) Quería saber qué pasaba con esos contribuyentes"

- "No tengo ninguna relación de amistad con ningún asesor de Bilbao". Tras ser preguntado por la fiscal si ha acudido a alguna comida o acto con alguno, dice: "Fui a una comunión del [asesor fiscal] Iñaki González (...) La relación con él es igual que con los demás. Los vínculos es que somos creyentes católicos y practicamos artes marciales".

- "Muguruza [ex director de Hacienda] era pésimo como director y, com0 persona, un paranoico y un envidioso. Me trataba mal y yo me resisto (...) Pedí a Silvestre [otro imputado] que me acompañara a una reunión para no darle de hostias".

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