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CORRUPCIÓN

Empresario en tercer grado

El cerebro de una financiera que desplumó a la 'jet-set' balear en los años noventa se convierte en productor audiovisual durante su condena

El programa de radio Insomni 500 comenzó pasada la media noche. Tocaba hablar de la ópera prima de una directora de cine que acababa de adaptar la novela de un escritor catalán. La locutora, Mónica Borrás, conectó en directo con el productor ejecutivo de la película: "Bona nit, Paco". La respuesta tardó unos segundos. Finalmente se oyó: "Bona nit". La voz parecía provenir de una catacumba. Un rato antes, un funcionario había interceptado al productor en la puerta de la antigua cárcel de Palma de Mallorca. Le preguntó si llevaba algo encima. "No, nada", contestó. Olvidó mencionar que guardaba un móvil en el bolsillo. Entró minutos después en antena desde su celda, cuando las luces de toda la prisión ya estaban apagadas.

"Yo fui una víctima más de una situación incontrolable que se fue de las manos. Pienso que tuve un accidente"

Paco Berga, el cerebro de una gran trama financiera que desplumó en los años noventa a parte de la jet-set balear, ha aprovechado sus años en prisión para florecer en el negocio audiovisual. El resto de consejeros de aquella empresa, Brokerval, ha desaparecido del primer plano de la vida pública, incluso alguno ha pasado años bajo tratamiento psiquiátrico. Berga, sin embargo, ha tomado en este tiempo las riendas de una productora de cierto éxito. Pese a que aún no ha terminado de cumplir su pena de 10 años y 3 meses por apropiación indebida continuada, y está inhabilitado para ejercer el comercio, este mallorquín de 58 años intentó la semana pasada erigirse como presidente de la patronal de productores audiovisuales de las islas Baleares. No lo consiguió por la firme oposición de 25 compañías. La intentona ha servido para poner sobre la mesa su nombre, el del hijo de un vendedor y mayorista de bordados de Felanitx que llegó a ejercer una extraña fascinación entre los hombres de negocios más poderosos de las islas.

En los días menos fríos se pasea por Palma con una chaqueta de cabritilla, unos zapatos caros y un Cartier vintage que hace juego con la pulsera telemática que controla los movimientos de los presidiarios en régimen abierto. En un restaurante del centro de la ciudad le guardan un reservado. "Paco siempre se sienta ahí", indica un camarero. Señala un agradable rincón del local. Berga aún se encuentra en tercer grado. Su condena finaliza el 4 de octubre. "Ese día habrá acabado este calvario", suelta nada más sentarse a la mesa. "Los muros de la cárcel son muy altos, pero no para que los presos no se puedan escapar, sino para que no les vean los de fuera", reflexiona. No le ha ido nada mal dentro. Empezó trabajando en la lavandería y acabó manejando el economato. Fue preso de confianza. Un funcionario le describe como un hombre educado, discreto, muy activo, que no se relacionaba con los presos comunes. "Ha sido como una mili a lo bestia. Es durísimo estar ahí dentro, pero no he querido tomármelo a la tremenda. Había que ser positivo", añade. Así ha sido. Berga tiene una rodilla machada por las horas que pasó jugando en la cárcel al squash con Xisco Tous, su mano derecha en la financiera.

En el nacimiento de Brokerval (el logo imitaba el color de unos lingotes de oro) figuró lo mejorcito de la sociedad de Mallorca. Agentes de cambio, corredores de comercio, notarios de peso, inspectores de Hacienda, empresarios jóvenes, abogados e intermediarios se involucraron en el proyecto. La idea derivó en crear un gran banco regional que compitiese con las cajas. El movimiento de dinero de un sitio a otro, la especulación pura y dura, acabó con el derrumbe y la intervención judicial de la financiera en 1994.

La quiebra de la agencia causó un cataclismo en Baleares. El entonces número 2 de la Fiscalía, Ricardo Leiva, dimitió tras conocerse que había puesto 186.000 euros en manos de Berga. Dejó la carrera deprimido. Al gerente de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Luis Piña, el fiasco le costó el cargo que había ocupado durante 17 años.

Durante la intervención de la compañía, la policía y Hacienda destaparon el reguero de comisiones del caso Sóller, la adjudicación irregular de las obras y explotación de un túnel de peaje. José María Aznar aprovechó el escándalo para acabar con la carrera política del presidente de Baleares, Gabriel Cañellas (PP). Se abrían las puertas para Jaume Matas. Berga se jacta de que siempre que se encuentra con Matas le recuerda que gracias a él fue presidente. La familia de Berga, sobre todo su padre, sufrió mucho por el escándalo. El hombre tuvo que afrontar una fianza millonaria y el embargo de sus bienes.

Acorralado por las denuncias de los miembros del consejo de administración, Berga huyó a Panamá. Fue detenido poco después.

-¿Siente remordimientos por los estragos que causó?

-Yo fui una víctima más de una situación incontrolable que se fue de las manos. Lo comparo con sufrir un accidente muy grave. Lo único que me sabe mal es haber huido. Eso engrandeció la historia y dejó una sospecha de culpabilidad sobre mí. Me dejé aconsejar mal. Algún día hablaré, contaré mi verdad.

En realidad, ya lo hizo. Publicó un libro, con una modesta tirada de 1.500 ejemplares, que fue retirado de las librerías y secuestrado por orden judicial por los insultos que vertía sobre uno de los implicados.

Por fin está cerca de ser un hombre libre. "Todo el mundo se merece una segunda oportunidad. Hay que pasar página. Yo lo he hecho", comenta. Berga, de verbo fácil, encantador cara a cara, figura como secretario del consejo de administración de Miramar Producciones, que factura 250.000 euros al año, pero ejerce de productor ejecutivo. En la actualidad trabaja en la preparación de un documental y en una coproducción cinematográfica.

Mucho antes de engatusar a la jet-set presidió una cooperativa de Sa Pobla, un pueblo de Mallorca que cultiva la patata. Hay una foto suya de esa época en blanco y negro, vestido de corto en medio de una plaza de toros abarrotada. Se le ve con porte, elegante, fino. Brinda una vaquilla a los agricultores. Una plaga de escarabajos hacía estragos entonces en los tubérculos de media Europa. Berga, al frente de cientos de productores, abasteció el mercado anglosajón. El dinero llovía en la comarca. Diversificó las ganancias en operaciones de suelo industrial y ambiciosas redes de venta. Gestionó ayudas de fondos europeos y estatales. La cooperativa se hundió. El Gobierno tuvo que rescatar de la ruina a cientos de payeses.

¿En qué momento se torció la biografía de un tipo listo, según quienes le conocen, con olfato para los negocios? ¿En qué momento se convirtió en un anti-Midas, como le definió un colaborador? "El destino me brindó esto. Yo miro adelante. Son baches que he tenido que sortear", dice antes de irse. El mundo del cine le espera.

Paco Berga, en Palma de Mallorca.
Paco Berga, en Palma de Mallorca.TOLO RAMÓN

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