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Crítica:EN PORTADA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Descenso a los infiernos

Josep Ramoneda

Dos descensos a los territorios más sórdidos de la experiencia y de la conducta humana: Dice James Hillman, en

Un terrible amor por la guerra

Sexto Piso), que lo más cerca que ha estado de la guerra ha sido recogiendo boletines de prensa en el Pentágono, pero un día ya lejano, paseando en Francia por un campo de batalla de la Primera Guerra Mundial sintió la llamada de la guerra como una emoción inexplicable. Este psicólogo, que fue director del Carl Gustav Jung Institut, se impuso entonces escribir un libro para comprender la guerra más allá de los estudios fragmentarios de carácter histórico y técnico. Y entendió que la única forma de comprender por qué los hombres aman la guerra, por qué la guerra es a la vez normal e inhumana era aplicar una psicología arquetípica —los mitos, la filosofía y la teología de la mente profunda de la guerra—. El resultado es un libro intenso, a veces agobiante, que parte de una idea de Emmanuel Lévinas, "el ser se revela a sí mismo en la guerra" y culmina con una cita de Marcel Proust: "La guerra es una fuerza que nos da sentido", para decir que la religión es la guerra. Para Hillman la guerra pertenece a nuestras almas como una verdad arquetípica del cosmos: "Es un logro humano, un horror inhumano y un amor que ningún otro amor ha logrado superar". La guerra no es un problema para la mente práctica: "Si no somos capaces de permitir que la fantasía privada juegue con las más extravagantes ideas en busca de paralelos para la pasión de la guerra, la civilización seguirá entregada a esa expresiva regularidad de lo habitual que idolatra como orden".

Un terrible amor por la guerra

James Hillman.

Traducción de J. L. de la Mora.

Sexto Piso, 2010. 270 páginas. 21,90 euros.

Peor que la guerra

Daniel Johan Goldhagen.

Traducción de A. Pradera.

Taurus, 2010. 700 páginas. 23 euros.

Más información
Una guerra sin fin

Daniel Johan Goldhagen, escritor y ex profesor de ciencia política en Harvard, penetra en el análisis del genocidio en

Peor que la guerra: Genocidio, eliminacionismo y la continua agresión contra la humanidad

(Taurus). Millones de personas han muerto en el siglo XX fruto de asesinatos masivos. Es necesario clarificar el análisis del genocidio si queremos combatirlo. Goldhagen parte del caso del presidente Truman: "Fue un asesino de masas. Ordenó dos veces el lanzamiento de bombas contra ciudades japonesas". Y, sin embargo, nunca ha sido considerado un asesino y cualquier equiparación con Hitler, Stalin, Mao o Pol Pot sería considerada escandalosa. Se puede argumentar que la acción de Truman fue accidental, que no hizo de la destrucción sistema como los cuatro citados y que actuó en el escenario muy específico de la guerra mundial. Ninguno de estos argumentos sugiere, sin embargo, que "la naturaleza de los actos —las dos bombas— de Truman y de los otros cuatro sea diferente". Goldhagen actúa por elevación, el genocidio hay que situarlo dentro de un concepto más amplio: el eliminacionismo. El deseo de eliminar personas o grupos. Goldhagen describe las cinco maneras principales de practicarlo: la transformación, la represión, la expulsión, la prevención de su reproducción y el exterminio. Con esta matriz despliega un largo recorrido sobre las prácticas eliminacionistas en el siglo XX. ¿Su apuesta?: "La democracia debería ser un prerrequisito para considerar legítimo un país". Y los países deberían crear "un régimen internacional de prevención, intervención y castigo". La alternativa es seguir a la espera viendo cómo se continúa asesinando a millones y millones de personas.

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