_
_
_
_
_
Triplete azulgrana en el Balón de Oro
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El Barça es grande

Lo nunca visto. En la carrera por el Balón de Oro 2010, eran tres, tres jugadores del Barça y tres jugadores procedentes de La Masia, tres estrellas formadas con amor según los principios de un juego que no existe en ningún otro lugar, lo cual es una pena para el fútbol en general.

Los tres, a distinto título, lo merecían. Xavi, por el conjunto de una carrera brillante y ejemplar, por no hablar de un año de éxitos. Messi, por su ingente número de goles y de jugadas espectaculares y su participación en los resultados de su club. Iniesta, por su clase y su participación tan decisiva en el título de campeón del mundo logrado por España en Sudáfrica, el 11 de julio en el Soccer City de Johanesburgo.

Más información
Una Pulga de oro
La FIFA "ningunea" al fútbol español
Balón para todos

El ganador de esta edición inédita ha sido Messi y es un hermoso y magnífico ganador que hace honor a este palmarés. Esta recompensa no se la ha regalado nadie, como tampoco se la habrían regalado a sus dos grandes compañeros de equipo.

El jurado de la FIFA y de France Football lo ha elegido obrando en conciencia y no hay nada más que añadir. Bravo por Messi. Pero bravo por los otros dos, y otro bravo más por sus compañeros y sus entrenadores, a quienes conviene asociar a este premio, ya que sin ellos el ganador no lo habría recibido.

Realmente, no soy un aficionado culé. Para no ocultarles nada, me gustaba, y mucho, apasionadamente, el Real Madrid de principios de siglo, cuando Zidane, Ronaldo, Casillas, Figo y todos los demás tejían un fútbol brillante y delicioso. Porque ese equipo merengue dirigido por Vicente del Bosque enarbolaba las virtudes de este deporte, enfocado al ataque, paciente cuando había que serlo, incisivo cuando era menester y siempre lleno de dominio.

Hoy en día, me gusta, con locura, el espectáculo que propone la escuadra de Pep Guardiola ya que se corresponde, total y perfectamente, con la idea que tengo de este juego: un juego sencillo pero elaborado, hecho con pases y desplazamientos con una sola idea en mente, la de marcar un gol más que el adversario. O dos, o tres, cuando no son cinco... En resumidas cuentas, algo que hemos perdido la costumbre de ver y de apreciar en los tiempos que corren ahora. ¡Sobre todo cuando tenemos la mala suerte de seguir de cerca la Liga francesa!

Sí, para todos los enamorados del fútbol, este Barça es un ejemplo. Con o sin la publicidad de Qatar en la hermosa camiseta blaugrana.

Vincent Machenaud es periodista de France Football.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_