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Columna
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Pasarela sobre el AVE

En las próximas semanas, Valencia en Bici y otros colectivos preocupados por los problemas de movilidad urbana van a realizar una nueva reivindicación ciudadana: la construcción de una pasarela que conecte la Gran Vía Ramón y Cajal con la de Germanías, por encima de las vías del tren. El objetivo es sortear el muro de la estación sin tener que pasar por el túnel, un auténtico infierno al que, con más razón que un santo, peatones y ciclistas se niegan a descender. Fernando Mafé, el portavoz de Valencia en Bici que ha lanzado la propuesta, considera que se trata de una iniciativa urgente porque, con la crisis económica, es previsible que la construcción del Parque Central se demore quince años más, lo que obliga a buscar una solución que permita salvar una barrera que, hoy por hoy, sigue siendo infranqueable. Esta pasarela peatonal, cuya longitud no superaría los 75 metros, tendría un acceso mediante rampa en espiral, que podría complementarse con dos ascensores que facilitarían el paso a ancianos, personas con movilidad reducida, y carritos de bebé.

La idea de la pasarela es extremadamente sensata. Si se ha llegado al extremo de construir toda una estación provisional para el AVE, es porque ese estado de provisionalidad se presume bastante largo. En ese horizonte, la propuesta de una pasarela, igualmente provisional, es su correlato lógico. Y desde el punto de vista financiero no deja de ser una minucia al lado de lo que ha costado la estación Joaquín Sorolla, por no hablar de la cuantiosa inversión del propio AVE, o de lo que supondrá el Parque Central.

La pasarela permitiría abrir las grandes vías para la circulación ciclista, tal como han reivindicando en sus últimas movilizaciones los usuarios de este tipo de transporte y obligaría a repensar las obras proyectadas por el Ayuntamiento en estos ejes y cuya utilidad no parece muy clara. De esta forma, desde las dos estaciones se tendría acceso ciclista hasta el mar por un lado y hasta el Palacio de Congresos por el otro. Además, la pasarela se convertiría para los usuarios de la estación Joaquín Sorolla y de la parada de metro de Bailén (proyectada como nodal) en la puerta de entrada natural al Ensanche y a Russafa, con todo lo que eso supondría para el comercio y vitalidad de ambas zonas. A la sociedad Valencia Parque Central (Ayuntamiento, Generalitat, Renfe y Adif) correspondería ejecutar esta pequeña infraestructura.

La vida es algo que pasa muy deprisa y si no que se lo pregunten a los niños convertidos en adultos durante los veinte años que lleva de retraso el Parque Central y que jamás jugarán en él, o a los mayores a los que el tiempo va alcanzando sin darles la oportunidad de pasear las futuras avenidas. Por eso, a veces, pequeños proyectos como el de la pasarela, pueden significar mucho en la vida cotidiana del ciudadano de a pie. Si alguna vez se hace el Parque Central, la pasarela será una magnífica tribuna desde la que contemplar las obras; y mientras tanto, además de conectar las grandes vías, servirá como un recordatorio permanente de la necesidad del proyecto.

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