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CiU aspira a gobernar por primera vez las cuatro diputaciones provinciales

El pinchazo del PSC y ERC que vaticinan las encuestas favorece a los nacionalistas

Miquel Noguer

Tan desconocidas para el ciudadano de a pie como apetitosas para los partidos políticos, las diputaciones provinciales se perfilan como una de las principales batallas de la contienda electoral del 22 de mayo. Con un Partit dels Socialistes (PSC) en horas bajas, Convergència i Unió (CiU) se ha fijado el objetivo de gobernar, por primera vez en la historia, las cuatro diputaciones, lo que afianzaría un poder municipal del que siempre ha andado coja la federación nacionalista. La madre de todas las batallas se entablará en la Diputación de Barcelona, en manos del PSC desde la llegada de la democracia. Pero en Girona y Lleida también habrá partido si Esquerra Republicana (ERC) deja de ser clave para formar mayorías.

Las calculadoras echan humo en los despachos de los responsables de política municipal de todos los partidos. Los socialistas ven peligrar por primera vez la Diputación de Barcelona, donde ahora tienen 24 de los 51 diputados que la forman. Si, como indican las encuestas, el PSC perdiese el Ayuntamiento de Barcelona, pinchase en Badalona y retrocediera posiciones en otras ciudades metropolitanas, como L'Hospitalet, CiU y el PP podrían hacerse con el control de la institución provincial. Además del área metropolitana, también habrá que ver qué ocurre en la Anoia. Los socialistas se hicieron por los pelos en 2007 con un diputado provincial por el partido judicial de Igualada gracias a que se presentaron en coalición con Iniciativa en el marco de L'Entesa per Igualada. Esta vez los ecosocialistas han optado por acudir en solitario a las elecciones, lo que pone el diputado más cerca de CiU.

El también más que probable retroceso de ERC hace peligrar el actual orden de cosas en las diputaciones de Lleida y Girona. En el primer caso, los republicanos presiden la institución merced a un pacto con CiU y a pesar de que solo tienen tres de los 25 diputados provinciales. En Girona también la presiden, pero mediante un pacto con los socialistas. ERC tiene en esa diputación seis de los 27 diputados. Girona es precisamente una de las provincias en las que se auguran más problemas a los republicanos para mantener su poder municipal. No solo tendrán que rivalizar con las Candidaturas de Unidad Popular, sino también medirse en más de una población con candidatos de Solidaritat Independentista. Incluso Reagrupament, el partido de Joan Carretero, no descarta presentar alguna lista pese a su fracaso en las autonómicas. A toda esta competencia los republicanos tendrán que añadir el descrédito generado por la gestión del presidente de la Diputación de Girona, Enric Vilert, en Caixa Girona, que acabó absorbida por La Caixa y desapareciendo como marca tras rechazar una fusión con Unnim. En Lleida, un ligero ascenso de CiU, factible en casi todas las capitales de comarca excepto en la capital, también haría volver la diputación a manos nacionalistas. Tarragona es el único escenario donde no se prevén cambios y todo apunta a la continuidad del pacto CiU-PP.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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