Una vida en torno a un teatro y una plaza
El mundo de la actriz María Isasi gira en torno a la castiza plaza de Santa Ana en Madrid. Allí fue portera su abuela, y se le quiebra la voz al recordarlo; su madre -la actriz Marisa Paredes- y ella, de 35 años, soñaban y consiguieron estrenar en su teatro, El Español; vive justo detrás de la plaza, y su padre -el guionista y director de cine Antonio Isasi-Isasmendi- nació en la vecina calle de Carretas. "Este es mi mundo, mi casa. Mi quiosco, mi bar... En el Español he estrenado dos obras (Ítaca y Todos eran mis hijos). Me siento en casa. Adoro a los que trabajan en este teatro", cuenta Isasi desde su escenario. Estudió Bellas Artes en Cuenca -"de ahí salió un grupo de fieras, como Joaquín Reyes"-, así que domina el sentido espacial y propone una foto rodeada de dos maletas llenas de guiones y ropa de actuación, alguna diseñada por ella para interiorizar el siguiente personaje. "Soy una loca, me tienen que parar porque no dejo de estudiar, de preguntar...".
Isasi acaba de recibir el Premio Ojo Crítico de Teatro, que otorga Radio Nacional, por su papel en Todos eran mis hijos, de Arthur Miller, con dirección del argentino Claudio Tolcachir. Una intervención corta, cinco minutos, pero intensa. "Han premiado el reparto. Es duro estar al frente de una obra, pero también estar esperando en el camerino y darlo todo en muy poco tiempo". Resulta paradójico que RNE la galardone como actriz revelación cuando Isasi tiene 15 años de interpretación a sus espaldas, e incluso una candidatura al Goya en 2002 con Salvajes, de Carlos Molinero. Aunque es verdad que su carrera ha sufrido parones y desapariciones. "Trabajé de heladera, de mimo en Ikea, de profesora de inglés y dibujo...". Penurias por las que ahora pasan muchos de sus amigos actores que se agarran a lo que salga. Por eso ella toca madera.
Su paso durante el último año por el culebrón televisivo Amar en tiempos revueltos como la enamorada Diana ha sido para ella "la mili de la tele", y ahora le cuesta deshacerse del personaje que la ha hecho popular entre el gran público. Apenas ha tenido tiempo para estudiar sus 30 folios diarios, pero lo recuerda como "una fiesta" en la que congenió con el equipo. También con Antonio Hernández, quien la dirigió en el telefilme Días sin luz, en el que interpretaba a la madre de la niña desaparecida Mariluz -"fue muy duro el rodaje, lloraba 12 horas"-, y en una miniserie sobre el cardenal Tarancón -"en realidad la historia de la democracia"- de próximo estreno. Mientras tanto, hasta junio representará por España Todos eran mis hijos, eso sí, volviendo siempre a su plaza de Santa Ana.
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