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Reportaje:

Castro de Rei, cuna del 'agroteatro'

Labradores del municipio lucense mantienen grupos escénicos desde hace 41 años

Estaba en su apogeo la dictadura cuando, en 1969, una maestra del municipio lucense de Castro de Rei, Olga Vila, junto con un puñado de colaboradores, decidió reunir a un grupo de personas de esta pequeña villa y la parroquia limítrofe de Santa Locaia para teatralizar la zarzuela del académico y paisano Xosé Trapero Pardo. Sin medios y en un reducido local, el empeño de los impulsores de la iniciativa fue suficiente para dotar de capacidad interpretativa a quienes sustraían horas al descanso nocturno de sus labores agrícolas para ensayar y dejar sobre un escenario la impronta de sus habilidades escénicas. Fue a partir de ese momento cuando se encendió la pasión por el teatro en Castro de Rei, que se encargó de mantener viva el sacerdote José Manuel Carballo cuando se hizo cargo de varias parroquias de este municipio, en 1973.

La tradición se inició en 1969 con una maestra y la continúa un cura
El sacerdote tradujo a Molière al gallego y ha escrito sus propias obras

Carballo, también mago, conferenciante, animador socio-cultural o ex edil de este ayuntamiento, se quedó impresionado con una obra estrenada en el teatro Jofre de Ferrol, Mal de moitos, y la trasladó a los agroactores de la zona, que la interpretaron en varias ocasiones y por distintos puntos de la provincia. Además, en el mismo espectáculo daban vida a otra obra de Trapero, Coser e cantar, con adaptaciones del propio Carballo, y en el entreacto dos de los agricultores adiestrados para la interpretación por el cura, se atrevían a representar una escena del western de Sergio Leone La muerte tenía un precio. Ninguno era Clint Eastwood, pero Julio de Andrés, Ana María de Dina, Araceli de Diego o Julio da Ponte, podían con todo.

Era un espectáculo variado, que años más tarde, llevó al sacerdote a traducir al gallego, por indicación de académico Alonso Montero, la comedia de Moliére El médico a palos para quedar en O menciñeiro a forza. Fue un nuevo éxito, que sirvió para dar continuidad a la iniciativa y dotar de nombre al grupo de teatro, Os Valuros, hoy desaparecido como tal, pero que todavía pervive con una sección folclórica. Inmersos en esta dinámica, uno de los implicados en la actividad, Julio Pita, escribió, junto con Carballo, una obra propia, Vaise pechar unha casa máis. Y esto fue el no va más. Realizaron 98 representaciones por toda Galicia y los centros gallegos de Madrid y Barcelona. La vieron, dicen que "bien contadas", 55.000 personas, entre 1977 y 1980, que quedaron pasmadas ante lo que era una denuncia radical de la emigración

En 1981, Carballo escribió Bo Nadal, para su interpretación por parte de los alumnos del colegio Ramón Falcón, donde también ejerció como profesor. Luego, se adaptó para que, durante tres años, la llevaran por varios escenarios una veintena de adultos, la mayor parte de los cuales provenían de la escenificación de Vaise pechar outra casa máis. Con esta obra realizaron un montaje radiofónico e incluso protagonizaron un cortometraje de 28 minutos, bajo la dirección de Miguel Calvo, que se emitió en el centro territorial de TVE.

Más tarde, Carballo escribió Recobrou o sorriso Eleuteurio, que ayer se quiso reponer en el teleclub de Castro de Rei, por iniciativa asociación Amigos da feira, que quieren dar continuidad a esta afición teatral. No fue posible en este lugar, porque la lluvia desbordó el río Azúmara y este anegó el lugar de representación. Pero ni con esas se desanimaron los promotores, que fueron capaces, en poco más de tres horas, de convertir la iglesia en improvisado escenario. Ahora, el presidente de esta asociación, José Luís Castro y su esposa Margarita forman parte del elenco de nueve actores, seis de los cuales todavía proceden de Os Valuros. Dentro de poco, cuando el Azúmara se encauce, en el teleclub se podrá contemplar una exposición fotográfica que resume 41 años de la vida teatral, que, comenta Carballo con orgullo, germinó entre gente dedicadas de siempre al campo, con la única excepción de dos de los actores que cursaron estudios superiores.

Esta afición dejó todo un reguero de anécdotas, como cuando actuaron en el exclusivista salón Regio del Círculo de las Artes de Lugo. Allí estaba lo más granado de la sociedad lucense, a los que cura espetó: "Fíxense ben na cara destes rapaces, para que cando cheguen a unha ventanilla non os traten como aldeanos, porque eles poden respostar: 'Vostede xa me aplaudiu no Círculo das Artes".

Por el teatro también llegó al municipio una escuela de capacitación agraria. Sucedió a finales de los años 70, cuando Carballo expuso como conferenciante, en la Escuela Central de Capacitación Agraria de Madrid, su experiencia como animador sociocultural. El cura se hizo acompañar por tres actores de Os Valuros y allí aprovechó para reivindicar un centro en Castro de Rei. Dicho y hecho. A la semana siguiente un subdirector general se desplazó hasta Lugo y un año más tarde se abrió la escuela. Y todo, gracias al teatro, que también consiguió rehabilitar al sacerdote de una profunda depresión.

El cura José Manuel Carballo (izquierda) y actores aficionados, en un escenario improvisado en la iglesia parroquial de Castro de Rei.
El cura José Manuel Carballo (izquierda) y actores aficionados, en un escenario improvisado en la iglesia parroquial de Castro de Rei.XOSÉ MARRA

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