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El proyecto empresarial del tercer adjudicatario eólico está en el aire

Estela planea una planta de basuras que Medio Ambiente aún no ha avalado

Igual que el resto de adjudicatarios del concurso eólico, Estela Eólica, la tercera sociedad que más megavatios recibió de la Consellería de Industria, deberá comunicar a la Xunta antes del 15 de febrero si mantiene la totalidad del proyecto empresarial asociado que presentó para optar al reparto, una macroplanta de basuras, o si lo reduce, dado que no recibió el total de la potencia que solicitó al Gobierno gallego.

La empresa, por boca de su portavoz, Javier Gracia, ya anunció a finales de noviembre que pretende construir la macroplanta de tratamiento de residuos tal y como está en los planos que envío a Industria porque se trata de un proyecto rentable por sí mismo, cuya viabilidad no depende de los molinos que pueda explotar. Ambas inversiones, los aerogeneradores y también la macroplanta de basuras, están, sin embargo, en el aire, según admitió ayer el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández.

Industria premió el proyecto sin saber si se ajusta al plan de residuos de la Xunta

El titular de esta consellería aseguró que su departamento deberá analizar si el complejo se adapta al plan de residuos que el Gobierno gallego pretende aprobar antes de final de mes. De las declaraciones de Hernández, responsable de la cartera competente para autorizar la planta de basuras, se desprende que la Consellería de Industria de Javier Guerra premió a Estela Eólica con 186 megavatios frente a otras ofertas sin saber si su proyecto empresarial asociado tiene cabida en la normativa medioambiental que prepara la Xunta.

Pese a que en la mesa de valoración de ofertas había dos técnicos de Medio Ambiente, no se cotejó su compatibilidad con el plan de residuos -en aquel momento en fase de exposición pública- porque "el nivel de detalle de la propuesta empresarial no era suficiente para hacerlo", explicó Hernández, quien avanzó que su consellería lo estudiará en el futuro, antes de decidir si concede los permisos a la empresa. Subrayó que "cualquier iniciativa pública o privada se ajustará a ese plan de residuos". Y al referirse a la propuesta de Estela Eólica, aclaró: "Puede ser que se adapte y si es así no tendremos nada que decir".

De lo contrario, la adjudicación decaerá, puesto que esta sociedad no puede monetarizar la inversión -entregar el dinero equivalente a su proyecto a un fondo de capital riesgo de la Xunta-, una posibilidad que el Gobierno gallego restringe a las firmas que no recibieron los megavatios que ellas mismas apuntaron en la oferta como imprescindibles para hacer sostenible su inversión. Estela Eólica fijó el umbral en 90 megavatios y acabó recibiendo 186, con lo que su única opción ahora es acometer la planta si quiere explotar la potencia eólica concedida o renunciar.

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Como el Gobierno gallego no valoró a finales de noviembre -cuando el titular de Industria, Javier Guerra, anunció el resultado del concurso- si el macrocomplejo para tratar basuras es compatible con el plan de residuos que ultimaba ya entonces Medio Ambiente, el proyecto empresarial pende de un hilo, al igual que los 186 megavatios adjudicados a Estela Eólica. En caso de frustrarse esta concesión, la potencia se la otorgaría Industria a una de las empresas suplentes que se quedaron fuera del reparto.

En la documentación que presentó a la consellería, Estela Eólica concretaba un emplazamiento para la planta de basura en el sur de Galicia que la Xunta se niega a desvelar, pero que algunas fuentes sitúan en la provincia de Pontevedra. Ayer, el propio Hernández eludió confirmar tanto la ubicación de la segunda Sogama que va a proyectar el Gobierno gallego, como si la opción de la Xunta pasa inexorablemente por la oferta de Estela Eólica. Sí ofreció algunas pistas como que la instalación deberá estar "preferiblemente, en la provincia de Ourense". Antes de insistir en que para que cualquier planta pública o privada sea autorizada debe ser compatible con las normas medioambientales de la Xunta "hasta el último detalle".

La propuesta de Estela Eólica -que tiene detrás al grupo burgalés Gecal Renovables, SA, participado por el fondo de infraestructuras del Banco Santander, Caja Rural de Burgos y Caja Burgos, además de por varios empresarios castellanoleoneses- se limitaba a especificar que invertiría 300 millones de euros hasta crear 500 empleos y que lo haría "en colaboración con el Gobierno gallego", según figura en la documentación remitida a Industria. En los folios enviados a la Xunta, no alude al plan de residuos, puesto que cuando expiró el plazo para presentar ofertas al concurso eólico, éste no se conocía, ni siquiera por un avance.

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