Un retraso por siglos de historia
La rica arqueología complica el fin de las obras del Puente Romano de Córdoba
Las intervenciones de recuperación y restauración del principal eje histórico y monumental de Córdoba -el que parte de la torre de la Calahorra, en la orilla sur del Guadalquivir, cruza el Puente Romano, pasa por el arco de Felipe II y desemboca en la Mezquita- están terminando. Con un presupuesto de 32 millones, cinco fases ya han concluido, pero las dos últimas, la construcción del Edificio de Recepción de Visitantes y el rebajamiento del paseo de la ribera del río para conseguir su cota original, se han encontrado con más complicaciones de las esperadas, debido a los restos arqueológicos.
Nadie dijo que fuese fácil y todos contaban con toparse con el legado histórico que hay bajo Córdoba. Pero en el cogollo urbano que forma el puente, su arco y el futuro edificio, la riqueza de los vestigios romanos, visigodos y árabes hallados ha sido más de la esperada. Por ello, su estudio e integración han retrasado las obras. Si se calculó un plazo de 24 meses al inicio, finalmente serán necesarios 42 para culminar el trabajo.
Lo cierto es que el Edificio de Recepción de Visitantes está prácticamente terminado. Se trata de un inmueble de nueva planta, diseñado por el arquitecto Juan Cuenca, miembro del Equipo 57. "Este edificio está compuesto por dos unidades separadas y ya se están rematando. Ahora estamos a la espera de acabar los trabajos del entorno que facilitará el acceso al edificio", explica el delegado de Obras Públicas de la Junta, Francisco García.
El edificio está construido por la Junta, pero será explotado por el Consorcio de Turismo, dependiente del Ayuntamiento de Córdoba. Es este organismo el que debe dotar del contenido que resuma a los turistas la historia de la ciudad, antes de iniciar su visita a la misma. "Esperamos que los elementos más importantes estén listos para el día en que se termine el edificio y así poder inaugurarlo", prosigue García. Entre estos espacios, se incluye una gran sala de proyecciones para la presentación de Córdoba a los visitantes, del mismo estilo a la que ya se utiliza en el museo de Medina Azahara.
Además del centro de visitantes, la otra gran intervención ha sido la recuperación del espacio que rodea a este inmueble y al arco del triunfo. Se va a lograr que el puente romano luzca su perfil original y se coloque a la misma altura que el arco. Esta continuidad se había perdido en el primer tercio del siglo pasado, al construirse una carretera nacional en la ribera que terminó enterrando la obra de Felipe II. Eliminada la carretera y el foso, se abre como resultado una nueva plaza junto al centro de recepción de visitantes que dará continuidad al lugar.
Esos trabajos son prioritarios para la Junta, con el fin de permitir el acceso al edificio de Juan Cuenca. Cumplido ese objetivo del entorno del arco y el centro de visitantes, los obreros se centrarán en la terminación de los trabajos del resto de la ribera.
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