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Reportaje:BANDA SONORA

La Navidad sonó así en Madrid

Fito y Fitipaldis y superventas como Dalma o Springsteen, entre lo más oído

Carlos Marcos

La banda sonora de estas fiestas resume en buena medida lo que ha pasado en la ciudad desde el 24 de diciembre.

- De Dalma a Springsteen. El disco más vendido estas fiestas en los dos grandes comercios del disco, El Corte Inglés y Fnac, es uno de Sergio Dalma titulado Vía Dalma, donde el cantante melódico recrea a baladistas italianos. No hay que darle más vueltas: mejor resignarse. La lista de los más vendidos en ambas tiendas son similares (el segundo más despachado es el álbum póstumo de Michael Jackson, Michael). Solo una esperanzadora diferencia: un cierto toque rockero en el top 10 de Fnac. En el puesto número siete se cuela la caja conmemorativa del disco de Bruce Springsteen, The darkness on the edge of town. El mérito de esta posición radica en su precio: casi 100 euros.

- Dance egipcio. Sí, aunque parezca extraño, la música egipcia actual ha sonado mucho en la Navidad madrileña de 2010. El responsable es el agitador Leo Bassi, que ha montado el belén más original. Con el nombre de El Belén de Lavapiés (La Tabacalera de Lavapiés, calle Embajadores, 53), Bassi ofrece una metáfora del conflicto palestino-israelí. Así, se ve a los Reyes Magos adorando a soldados armados hasta los dientes, muros, tractores, helicópteros, ¡centros comerciales! Y suenan ritmos egipcios dance, como los del cantante Mohamed Mohie. La elección de la música, como casi todo lo que realiza Bassi, ha sido intuitiva. Lo cuenta el propio Bassi: "Le compré unos CD a unos egipcios que tienen un puesto en Lavapiés. Suena bien. ¿A que sí?".

- Cortylandia. Probablemente sea la técnica de marketing con más solera y más eficaz de la Navidad. "Cortylandia, cortylandia...". El estribillo te llega hasta el cerebro y te puede acompañar durante muchas horas. Este año la cosa ha ido de grandes monumentos del mundo, con ojos y boca. Era ¿divertido? ver cómo la Cibeles charlaba con la Torre Eiffel y luego se juntaban con la Estatua de la Libertad para cantar aquello de: "Cortylandia, Cortylandia / vamos todos a cantar/ alegría en estas fiestas porque ya es Navidad". Nueve pases de 15 minutos cada uno y 10 los fines de semana. En cada pase se menciona la palabra Cortylandia unas 25 veces. Echen cuentas...

- Entre Oasis y Lady Gaga. "En Bershka, más que comprar, te apetece que alguien te sirva un cubata". Lo afirma Gloria, de 23 años, que acaba de cruzar la puerta de la tienda de ropa juvenil situada en la Gran Vía y se lanza hacia una camiseta con una sugerente imagen de una modelo. Suena a toda pastilla Lady Gaga. "Sí, la sensación es de estar en una discoteca", confirma una dependienta. "¿Que si nos agobiamos con la música? No, estamos acostumbradas", añade. En estas tiendas suenan éxitos de 40 Principales, preferentemente en versión remix, más chunda-chunda. O sea: la mencionada Gaga, Jason Derülo, David Guetta y demás ases del nuevo dance comercial. Nada de concesiones navideñas en estos establecimientos de ropa. En cuanto al volumen, varía según la tienda: alto en Bershka y Stradivarius, medio en Zara y H&M y sutil en la planta joven de El Corte Inglés, donde pinchan cosas más clásicas. La mayoría de estos comercios se nutren de discos que confeccionan estratégicamente desde sus oficinas.

Hay excepciones, como la tienda Vans de la calle Montera, donde entras y suenan a gloria Oasis. "Ponemos la música que nos gusta a los dependientes. Además, el encargado es pinchadiscos y tenemos una buena mesa de sonido", informa un trabajador mientras Liam Gallagher se desgañita cantando Wonderwall. Caso aparte es el del reciente negocio Sephora, que colapsa cada cuatro horas la acera de los impares de la calle Gran Vía con un invento ingenioso: los 15 trabajadores de este establecimiento de cosméticos realizan en la puerta una currada coreografía mientras suena dance. La verdad es que el baile tiene su gracia. "Llevamos solo un mes y medio abiertos. Lo empezamos a bailar en la inauguración y, como gustó tanto, lo seguimos haciendo. Es divertido", confirma Marisol, una de las dependientas-bailarinas.

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- Fito y Fitipaldis. Como es tradición desde hace unas temporadas, fue el concierto más multitudinario de la Navidad en la capital. Fito y sus Fitipaldis abarrotaron el Palacio de Deportes con 15.000 personas. Y como suele pasar paradójicamente con los rockeros, fue un tema lento el más coreado, esa oda al pagafantas llamada Soldadito marinero.

- Barbra Streisand. Quizá sea un homenaje al recientemente fallecido cantante de Boney M, Bobby Farrell. O quizá consiste en el tirón que tiene la actriz y cantante que da nombre a la canción. Aunque lo más probable es que esta canción que se llama Barbra Streisand contiene la fórmula perfecta para arrasar. Lo firma un avispado dúo de productores, el americano Armand van Helden y el canadiense A-Track. Los dos forman en grupo Duck Sauce. Se han inspirado en Gotta go home, de Boney M, han utilizado una base musical frenética y, cada cierto tiempo, gritan: "¡Barbra Streisand!". Y es el llenapistas del momento, del Space Festival del Madrid Arena, al pub de barrio.

- Clásicos populares. Se colocan en la calle, justo enfrente de Fnac, en Preciados. Uno es armenio, el otro checo, hay un rumano... En total son seis: tres violines, un órgano, un chelo y un contrabajo. El jefe es Daniel Costea, un rumano orondo y simpaticón. "No trabajamos, disfrutamos", dice. Interpretan clásicos populares: Vivaldi, Beethoven, Bach... Ha sido el grupo callejero con más éxito estos días: la funda del contrabajo que hay a sus pies está siempre llena de monedas. Cuando no están, el centro no suena tan celestial.

Fito y Fitipaldis en el concierto que dieron en el pasado día 30 de diciembre en el Palacio de Deportes de  Madrid.
Fito y Fitipaldis en el concierto que dieron en el pasado día 30 de diciembre en el Palacio de Deportes de Madrid.SAMUEL SÁNCHEZ

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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