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ESTA SEMANA
Columna
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Cascos

Menos mal que las encuestas le siguen dando resultados positivos porque si no, podríamos pensar que a Javier Arenas, últimamente, le están saliendo las cosas algo torcidas. Apostó por Santiago Herrero como presidente de la CEOE y le fue mal. Su patrocinado se estrelló estrepitosamente. El respaldo que Arenas le prestó fue insuficiente para captar el apoyo de la patronal madrileña. Alguien podría pensar que, a fin de cuentas, pudo engañar al jefe de la patronal andaluza: a cambio de una foto, acompañada de duras críticas a la política económica de la Junta, te garantizo el respaldo del lobby empresarial madrileño.

Sin embargo, las cosas no fueron así. A tenor de los resultados obtenidos, se demostró escasa influencia por su parte y sí, en cambio, mucha de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, quien apostó claramente por el otro candidato, el catalán Juan Rosell. Así que el presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, sobre el que ejerce una gran influencia Aguirre, inclinó la balanza y Herrero se quedó de nuevo a las puertas de la presidencia de la patronal española. Absoluto fracaso, consecuencia, entre otras cosas y tal vez, del exceso de confianza que depositó en aquellos que le prometieron el cielo y la tierra.

Otro que confió en el buen hacer de Arenas fue su antecesor en la secretaría general del PP, Francisco Álvarez Cascos. El andaluz fue uno de los pocos dirigentes, junto con el gallego Alberto Núñez Feijóo, que se pronunció abiertamente a favor de su nominación como candidato a la presidencia de Asturias. En un primer momento, albergó la esperanza de que se llegara a un acuerdo interno, cosa que nunca se dio, y sí, en cambio, una profunda división del partido hasta el punto de que al final Rajoy lo ha descartado. Entonces, Arenas decía de Cascos que había demostrado mucha categoría y un extraordinario valor político, resaltando el papel clave que ha desempeñado en los últimos 30 años en el PP. Ahora, todo eso es historia y se conforma con señalar que el PP sigue siendo su partido. En definitiva, a Cascos tampoco le sirvió el aliento de Arenas, ya que se impusieron las tesis de Cospedal y del propio Rajoy.

A pesar de estos dos patinazos, hay que advertir que de ambos Arenas saldrá indemne, tal es su habilidad política. Lo importante es lo que señalan sistemáticamente esos sondeos. Eso le permitirá, esta semana, seguir paseándose por Andalucía ofreciendo su perfil de virtual presidente de la Junta. Mientras, en el PSOE andaluz siguen de cumbre en cumbre hasta la rectificación final, si es que no se dan cuenta a tiempo.

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