Comienza la lucha por el talento
Podría parecer que esta es una época inaudita para una guerra de ofertas entre los banqueros de inversión. Después de todo, la cultura de altas remuneraciones todavía sigue bajo la vigilancia de los reguladores y de los políticos. Y las nuevas reglas del capital y la incertidumbre económica significan que los beneficios pueden ser mediocres nuevamente en 2011. Entonces ¿por qué Wall Street se está preparando para una batalla por el talento?
Por extraño que pueda parecer, las ganancias anémicas tienen mucho que ver con ello. En los últimos trimestres, bancos de inversión como Goldman Sachs y JPMorgan generaron una rentabilidad ligeramente superior al 10% en el mejor de los casos y que apenas superaba el coste de la inversión. Esto hace recaer sobre los ejecutivos la responsabilidad de reducir sus privilegios tanto como les sea posible.
Una parte de ello provendrá de la reducción de los costes, que incluirá deshacerse de los empleados que no se están ganando las habichuelas, y de usar el caro capital de manera más inteligente. Pero unos beneficios más bajos también significan que cualquier empresa que pretenda ser un actor de primera -en otras palabras, todas ellas- querrá la mejor gente. Y no solo los agentes de Bolsa. Los banqueros de la banca privada también estarán muy codiciados. Fuera de Europa, el negocio de la asesoría y de los seguros ha sido bastante sólido. También requiere menos inversiones de capital.
Algunas empresas aprovecharon la crisis para atraer a los banqueros de sus rivales difuntos o heridos. En EE UU, Jefferies ha salido muy beneficiado, al igual que las empresas de asesoramiento financiero. Morgan Stanley ha contratado a unos 400 agentes de Bolsa en los últimos 12 meses. Pero las supuestas plataformas en llamas como Bank of America-Merrill Lynch, Citigroup, UBS y RBS se han recuperado ampliamente y están creciendo nuevamente.
Es más, muchos banqueros tienen bastante menos dinero propio que antes de la crisis. Las acciones que se les concedieron durante el boom o bien se han traspasado en su mayoría o no han subido gran cosa. Una gran parte de los recursos propios que se entregaron en la ronda de primas del año pasado ha perdido valor. Esto animará a los ejecutivos a salir de caza.
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