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Reportaje:

El calendario de toda la vida

El 'Calendari dels Pagesos' cumple 150 años con una edición especial y una exposición en el Museo Etnológico de Montjuïc

José Ángel Montañés

El 4 de enero habrá un eclipse parcial de sol que será visible en Barcelona, de las 7.57 hasta las 9.17 horas de la mañana, un fenómeno astronómico que se repetirá cinco veces más a lo largo de 2011. La primera luna llena del año será el día 19 de enero, festividad de los santos Mario y Canuto. Ese mismo día nevará en la montaña. Estos y otros sorprendentes datos, como la relación de los mercados semanales y las fechas de las fiestas y ferias de Cataluña, el santoral religioso de todo el año, el "juicio del año", que pronostica en versos cargados de humor el devenir del año que comienza, y lo más práctico, el calendario de la agricultura, que explica cuándo plantar, recoger o podar las diferentes especies que crecen en el campo, huerto y jardín. Este es el contenido del Calendari dels Pagesos 2011, una modesta publicación que, año tras año cumple su cita con los lectores (más de 76.000 y 2,90 euros de coste), desde hace siglo y medio, y es la publicación más antigua que se edita en catalán. La efeméride se festeja con una publicación especial -que incluye la historia de la revista- y la organización de la exposición Calendari dels Pagesos, 150 anys mesurant el temps en el Museo Etnológico de Montjuïc (hasta el 12 de enero).

Este histórico almanaque explica cuándo plantar, recoger y podar
Es la publicación más antigua que se edita en lengua catalana

"La publicación ha salido victoriosa a todas las épocas y los cambios de regímenes, sin dejarse de publicar; durante la República se suprimió el santoral a cambió de una larga lista de consejos sobre el campo, y durante el franquismo la cabecera y el nombre de las localidades se castellanizó", explica Norbert Tomàs, que junto con sus tres hermanos acaba de coger el testigo que ha llevado su padre, Estanislao Tomàs, un ingeniero metalúrgico, desde que en 1975 compró los derechos sobre la publicación. "Antes se vendía en colmados, bares y tiendas de todo tipo y ahora se encuentra en quioscos, estancos y papelerías. En total, unos 1.300 puntos repartidos por toda Cataluña", explica Tomàs.

Nacida en 1861 en una imprenta de Ciutat Vella, justo en el momento en el que Fernando VII liberalizó la prensa y se vivió una explosión de publicaciones que llevó a que hubiera más de 30 calendarios diferentes por el buen negocio editorial que representaba. De todas, ahora solo se siguen publicando tres: El Calendari dels Pagesos, El Zaragozano, que se vende por toda España en castellano, y el Calendario del Ermitaño de los Pirineos, que incide más en el tema religioso y que también publica la familia Tomàs desde hace más de cuatro generaciones.

Los tiempos cambian, Norbert y sus hermanos se han hecho cargo de la publicación recientemente y han abierto una página en Internet (www.calendaridelspagesos.cat). "La red no acabará sustituyendo al papel, cada cosa tiene su función", asegura Norbert, que también está viendo la posibilidad de incluir publicidad en el siguiente número de 2012. "Durante una época la incluyó, estamos buscando que sean de marcas centenarias que tienen una imagen similar a la de nuestro calendario", asegura.

La exposición del Museo Etnológico cuenta con 11 paneles enrollables en los que se explica la historia y características del calendario y se completa con una selección de objetos etnográficos que conserva el museo relativos a la vida rural. La exposición tiene fijado ya un recorrido por 18 poblaciones catalanas y se han tenido que duplicar los paneles para poder atender todas las peticiones. "La idea es incitar, que cada municipio complete la exposición con los objetos que aporten las personas que viven en cada municipio", explica Josep Fornés, director del museo. "Somos un centro pequeño, con unas 40.000 visitas anuales y apenas un millón de euros de presupuesto para actividades y personal y tenemos que hacer cosas sencillas pero que inviten a las personas a participar", explica.

Una ilustración de Opisso de 1938 retrata los quehaceres de los labradores en época de siega.
Una ilustración de Opisso de 1938 retrata los quehaceres de los labradores en época de siega.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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