Más de la mitad de las familias cree que la economía irá a peor

Las empresas y las familias andaluzas encaran el año 2011 con pesimismo, superior incluso al que tenían cuando comenzó 2010, que ha resultado un ejercicio demoledor para la confianza ciudadana. Según el barómetro de la percepción de la economía andaluza de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), el 51% de la población y el 37% de los empresarios cree que la economía irá a peor el próximo año.

La desconfianza no llega a ser tan grande como hace dos años, cuando hasta el 71% de las familias y el 68% de los empresarios temían empeorar en el futuro inmediato; pero es que durante 2010 se ha producido un empeoramiento de las expectativas, como refleja la curva del gráfico sobre las expectativas de futuro. Tras caer durante año y medio hasta alcanzar un suelo de solo un 4% de confianza en la mejoría en noviembre de 2008, inició una recuperación hasta llegar casi al 30% a finales de 2010.

Cara al año que viene, apenas el 16% de la población cree en una mejoría, proporción que es el doble en el caso de los empresarios. El director de la Escuela Andaluza de Economía de la CEA que realiza el estudio, Manuel Ángel Martín, explica este repunte de la desconfianza en la crisis por la deuda pública y los rescates bancarios en países como Grecia e Irlanda y la sombra que pesa sobre España y Portugal.

El barómetro de la CEA, que en algunos capítulos muestra los datos más negativos de sus seis ediciones, desde julio de 2007, pone de relieve la desconfianza de las familias y los empresarios en la gestión de las administraciones públicas. Así se consideran generalizadamente como ineficaces las medidas adoptadas por el Gobierno contra la crisis; y las únicas que son apreciadas como algo útiles al obtener por debajo de un 60% de calificación de ineficaz son la reducción de los salarios de los miembros del Gobierno (22%) y de los funcionarios públicos (33%), la reducción de ayudas a los países subdesarrollados (52%) y de las transferencias a comunidades autónomas y ayuntamientos (52%).

Por el contrario, la congelación de pensiones y el aumento del IVA y del IRPF se consideran medidas muy ineficaces, con porcentajes que están por encima del 70%.

El barómetro refleja una fortísima oposición a la propuesta de retrasar la edad de jubilación. El 82% de los ciudadanos y el 84% de los empresarios lo consideran poco o nada necesario. Familias y empresarios se muestran partidarios de mayores recortes del gasto público y rechazan cualquier subida de impuestos. El 81% de los hogares cree que es posible recortar más el gasto público, misma proporción que considera inadecuada el reparto de las diferentes partidas. Consideran que hay que mantener el gasto en servicios como sanidad y educación -sólo entre el 8% y 10% las reduciría- y por el contrario se consideran menos prioritarias el gasto en fomento de la innovación (59%), infraestructuras (51%).

El 83% de la población y el 90% de los empresarios considera que no hay más margen para una subida de impuestos, y entre el 17% que piensa lo contrario se señalan como más factibles el IVA y el IRPF.

Uno de los datos más llamativos del barómetro es la aparente contradicción en la consideración de los presupuestos públicos. El 65% de los empresarios considera que los presupuestos del Estado tienen una incidencia alta en la marcha de sus empresas, pero el 85% reconoce no conocer su contenido.

La encuesta se ha realizado sobre una muestra de 808 empresas y 814 particulares.